El Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), organismo autónomo adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovación, y el Gobierno de Cantabria han suscrito un convenio de colaboración en virtud del cual se analizará el origen y persistencia de dos agentes patógenos en las explotaciones de vacuno de leche ecológica y convencional. Igualmente, se definirán las estrategias para su eliminación en los estercoleros y cultivos herbáceos. Las explotaciones incluidas en estos estudios son de pequeña o mediana dimensión, es decir, las que tienen una cuota láctea anual menor de 500.000 kilos.
El proyecto pretende conocer el origen de esos dos agentes zoonóticos; constatar la influencia de otros residuos que recibe el estercolero sobre la persistencia de dichos agentes durante el tiempo de almacenamiento de los purines; y estudiar las diferencias entre las deyecciones excretadas en explotaciones de producción ecológica y las de producción convencional. Además, se valorará la persistencia de los agentes zoonóticos en los cultivos herbáceos abonados con los estiércoles o purines contaminados con estos microorganismos. También se recogerán en un código de buenas prácticas las recomendaciones de manejo de los estiércoles y purines, de los cultivos herbáceos y de la alimentación animal, con el fin de evitar la recirculación de estos patógenos en las explotaciones de ganado vacuno de leche.
La aplicación de los estiércoles y purines sobre los cultivos forrajeros está admitida como el método de valorización menos perjudicial para el medio ambiente, si la distribución del residuo no supera los niveles de nitrógeno recomendados por la normativa europea, explica la coordinadora del trabajo, Patricia Santorum González. Los purines de las explotaciones de vacuno de leche se almacenan por lo general en los estercoleros hasta que las condiciones climáticas y de aprovechamiento de los prados sean adecuadas para su irrigación en terrenos agrícolas, añade la investigadora. Sin embargo, este sistema de manejo debe completarse con criterios higiénicos y sanitarios, para adecuarse a la nueva normativa sobre alimentación animal y productos fertilizantes, apunta Santorum.
El convenio de colaboración establece que la Administración cántabra aportará al INIA el material biológico necesario para llevar a cabo la investigación, que incluirá la realización de los muestreos incluidos en el proyecto; el envío de las cepas aisladas de ''Listeria monocytogenes''; y el suministro directo al INIA de determinadas muestras ambientales y de productos lácteos para la detección y aislamiento de dicho agente. Por su parte, el INIA, se encargará del desarrollo y la aplicación de las tecnologías destinadas a mejorar la trazabilidad de ''Listeria monocytogenes'' en las explotaciones de vacuno de leche ecológica y convencional, para facilitar su eliminación en los estercoleros y cultivos herbáceos; y de la caracterización de los subtipos (serotipos, pulsotipos y genotipos obtenidos por secuenciación de genes de virulencia) de las cepas de Listeria monocytogenes enviadas desde el Centro de Investigación y Formación Agrarias de Cantabria, entre otros aspectos.
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