El Presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino Selecto de Raza Manchega (AGRAMA), Antonio Martínez Flores, firma el editorial de la revista “Consorcio Manchego” en la que afirma que “no queremos vivir de las subvenciones, sino de nuestro trabajo” y propone tres soluciones para la supervivencia de la ganadería.
Tras destacar que la crisis del sector ganadero sigue siendo la noticia más destacada del año, Antonio Martínez Flores afirma que “el sector reclama a la Administración medidas que, fuera de lograr mantener de forma puntual la supervivencia de las explotaciones, propicien una reestructuración tal que los ganaderos puedan ejercer su profesión de forma digna, esto es, obteniendo un beneficio justo por el trabajo realizado”.
“Nos piden que nos modernicemos, que mejoremos las explotaciones, que seamos competitivos,…pero para esto se necesita tener una base, y que esa base no nos la pongan hoy para quitárnosla mañana”.
“En contra de lo que algunas personas (que no son ni agricultores ni ganaderos) puedan pensar, no queremos vivir de las subvenciones, queremos vivir de nuestro trabajo. No queremos estar permanentemente en la cuerda floja, dependiendo de las ayudas que nos puedan dar porque no obtenemos rentabilidad. Es por esto que día tras día nos seguimos esforzando, seguimos apostando por nuestro negocio. En el caso de los ganaderos de ovino manchego, estamos manteniendo un sector emblemático para nuestra región, de un valor incalculable. Las razas autóctonas constituyen el patrimonio genético de cada territorio, conservado durante siglos, pero… ¿podremos continuar manteniéndolo?”.
“Este último año –añade- han seguido subiendo los cereales y piensos para el ganado, y esta subida no tiene nada que ver con los precios que han obtenido los agricultores por sus cosechas, sino a la especulación que los almacenistas de cereales realizan a nivel mundial. Nosotros, los ganaderos, estamos invirtiendo, además de nuestro dinero, nuestro tiempo, trabajo y esfuerzo para conseguir unos productos de calidad con los que sólo conseguimos cubrir los costes de producción, mientras otros, por el mero hecho de almacenar ó distribuir nuestras producciones, se llevan todo el beneficio, saliendo perjudicados tanto el ganadero como el consumidor, que paga en algunos casos un aumento del 200 por ciento de lo que vale un producto en origen”.
“Dada la situación actual, tres son los frentes más importantes para poder conseguirlo. Por un lado, la posibilidad de poseer pastos y superficies forrajeras, para recurrir en la menor medida posible a la adquisición de piensos, disminuyendo los gastos en alimentación; por otro, el aumento de las producciones, gracias a la selección y mejora genética, y por último, los sellos de calidad”.
“La selección genética se está constituyendo como la herramienta más importante para lograr la rentabilidad de las explotaciones, pues supone producir más, pero al mismo coste; y los sellos de calidad (tanto D.O. como I.G.P.) conceden la diferenciación de unos productos frente a otros en el mercado”.
“’Por la supervivencia de la ganadería’ es el lema bajo el que miles de ganaderos estamos reclamando que, de una vez por todas, se adopten las medidas necesarias para lograr el mantenimiento de este sector. Sigamos trabajando para que nuestra profesión obtenga el reconocimiento que se merece”.
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