El gobierno alemán ha mostrado su disposición a iniciar una fuerte acción legal contra los responsables de contaminar alimentos con dioxinas cancerígenas que ha llevado a la prohibición de algunos productos agrícolas. La ministra de Agricultura, Ilse Aigner, describió la conducta que provocó que niveles excesivos de una toxina química entrase en la alimentación animal de ''acto criminal''.
''Este es un gran revés para nuestros granjeros. Han sido inocentemente totalmente arrastrados a esta situación por las enfermizas maquinaciones de unos pocos'', dijo en una entrevista con el diario Bild am Sonntag.
Los fiscales alemanes que investigan a la compañía responsable de contaminar los piensos con dioxinas ya han dicho que pueden presentar cargos criminales contra la empresa, un distribuidor de aceites para la producción de piensos animales conocido como Harles und Jentzsch.
La alarma sanitaria comenzó la semana pasada cuando se dio a conocer que algunos huevos de granjas alemanas donde las gallinas comían piensos con esas dioxinas habían sido contaminados, y las autoridades dijeron que algunos alimentos para aves y cerdos habían sido contaminados desde marzo.
Las operaciones en 4.700 establecimientos agrícolas alemanes fueron cerradas y miles de gallinas sacrificadas en ocho estados alemanes, en un intento por impedir que los suministros alimentarios sean contaminados por el pienso afectado que llegó a establecimientos de aves de corral y criaderos de cerdos.
El sábado, la ministra de Agricultura dijo que los excesivos niveles de dioxina se habían hallado también en algunas granjas alemanas de ave de corral, aunque la carne de pollo contaminada no fue vendida y las gallinas en cuestión fueron sacrificadas y sus cuerpos destruidos.
La alerta ha causado también prohibiciones temporales a la importación de carne alemana y productos de ave de corral en Corea del Sur y Eslovaquia, y una caída de la demanda de huevos. Un portavoz del Ministerio de Agricultura alemán calificó la decisión de Eslovaquia de ''infundada y por tanto totalmente inaceptable''.
Corea del Sur, que importó un total de 6.266 toneladas de cerdo alemán en 2010, dijo no obstante que los productos ganadores de Alemania no habían resultado contaminados.
Autoridades y organizaciones de agricultores han reclamado daños y perjuicios para las granjas que se han visto obligadas a suspender sus ventas, pero la ministra Aigner expresó el domingo sus reservas.
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