La investigadora especialista en ciencias de los alimentos, Gabriela Ramos Clamont Montfort, detalló que los trabajos se enfocan a la obtención, de un solo paso, de proteínas como la lactoferrina para aplicar su uso en el área industrial.
En el caso del suero del queso, que se desecha, la lactoferrina podría utilizarse para inhibir total o parcialmente los microorganismos que causan las diarreas en los lechones, lo que generaría un ahorro a ese sector de la ganadería.
Refirió que en la actualidad se invierten cantidades importantes en curarlos y eso retrasa el proceso de matanza que se traduce en pérdidas para los productores.
Esta proteína, además, se puede utilizar como antioxidante, por sus funciones anticancerígenas y a nivel mundial su aplicación es en pomadas para el alivio de hongos, pastas dentales que previenen la caries y como suplementos en los alimentos para obtener hierro.
Comentó que de la sangre de cerdo se obtienen las proteínas como la inmunoglobulina, que se usa para obtener anticuerpos que inhiban microorganismos.
También se obtiene la albúmina, que pudiera ser utilizada para enriquecer productos de panadería y productos cárnicos para después estudiar sus propiedades funcionales.
Ejemplificó que en la elaboración de panqués se utilizó la albúmina en sustitución del 50 por ciento de la clara de huevo y el resultado que se logró fue el mismo sabor, color y textura.
Indicó que sólo faltaría escalar el proceso para ver si existe un ahorro en la materia prima con la que se elabora el producto y con ello favorecer a la industria.
El área de Ciencias de los Alimentos del CIAD, dijo, recibe el apoyo del sector industrial para las investigaciones y se les entregan reportes técnicos de los resultados, sólo faltaría que se interesen en su aplicación a futuro.
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