Asaja Málaga valora que el Ministerio de Agricultura haya adquirido 1.500.000 dosis de vacunas para la lengua azul, del serotipo 4. La adquisición de estas vacunas, a las que se ha destinado una presupuesto de 660.000 euros, permitirá efectuar la vacunación obligatoria de las especies ovina y bobina dentro de área afectada en la que se encuentra la provincia de Málaga.
Así, los ganaderos malagueños se ahorrarán la vacuna, pero tendrán que hacer frente a gastos muy superiores para erradicar la enfermedad. Según explica Carlos Carreira, veterinario de Asaja Málaga, hay que asumir los costes del veterinario que acuda a la explotación, encerrar el ganado, con los posibles problemas de abortos que se puedan producir por estrés, sacarlo otra vez… y todo ello tiene que ser asumido por un sector frágil que no puede aumentar sus costes de producción de ninguna manera.
Los gastos derivados de la implantación de dichas vacunas serán asumidos por el ganadero, aunque la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente se ha comprometido a financiar una parte de estos costes, siempre y cuando cuente con fondos remanentes de las cantidades que la Junta de Andalucía destina a sanidad animal y esta se realice a través de los programas sanitarios de las ADSG.
Málaga y el efecto pantalla
Recientemente, el sector se reunió con responsables de la Consejería y record la especial situación de la ganadería andaluza. Su cercanía al continente africano, donde la lengua azul y otras enfermedades presentan un carácter enzoótico (con enfermedades ya asentadas), junto un clima templado que hace que el periodo de actividad de los mosquitos que actúan como trasmisores de los virus se prolongue durante gran parte del año, hace que nuestra cabaña se vea recurrentemente asaltada por oleadas epidemiológicas procedentes del norte de África.
En estas ocasiones, las medidas de control establecidas en nuestro territorio hacen el efecto de pantalla, evitando que estas enfermedades se extiendan al resto de Europa. La situación antes descrita afecta muy negativamente a la economía de la ganadería andaluza (pérdidas derivadas de la propia enfermedad, campañas de prevención control y erradicación de las enfermedades, incremento de los costes de manejo, cargas burocráticas…), sin que este esfuerzo, que en definitiva redunda en beneficio del resto de los territorios, sea reconocido y recompensado por la Unión Europea.
Por tanto, Asaja Málaga insta a las administraciones central y andaluza a que defiendan esta realidad ante las autoridades europeas y consigan el reconocimiento de un estatus específico que redunde en el apoyo económico necesario para garantizar la viabilidad de nuestras explotaciones.
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