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Si los datos del informe mensual de la cámara de frigoríficos Ciccra son correctos, entre enero y octubre de este año se faenaron unos 13,67 millones de cabezas vacunas. Esto es, casi 1,3 millón de animales más (o 10,3% más) que en el mismo período del año pasado.
Podría ser una buena noticia (que los argentinos comen toda la carne que quieren y que los frigoríficos exportan todos los cortes que pueden) si esos animales se estuviesen reponiendo. Pero no es el caso.
Ciccra compara la evolución de la faena de enero a octubre de 2009 con la del mismo período desde 1990. En ningún año aparece un nivel de liquidación tan alta. El año pasado, cuando se mataron 12,39 millones de cabezas, era hasta ahora el más alto de esa serie, mientras que el más bajo es 2002, con 9,63 millones de animales faenados en los primeros diez meses.
DISCREPANCIAS
Ciccra proyecta el nivel de faena para todo 2009 en 16 millones de toneladas, lo que igualaría el récord histórico de la actividad de 1978. Sin embargo, en este punto hay disidencias entre los analistas. Algunos, como Ignacio Iriarte, autor del prestigioso Informe Ganadero, encuentran que el ritmo de faena está cayendo en los últimos meses del año, a diferencia de los primeros.
Se mantenga o caiga, la faena la actividad se vio fuertemente impulsada desde julio por el nivel de exportaciones, que están en el ritmo más alto desde 2005 si se anualizan los despachos del último cuatrimestre, como publicó El Cronista el 27 de noviembre pasado.
Por otro lado, los especialistas coinciden en que esta faena no es sustentable en el tiempo. Vale la pena recordar que los animales que se comen hoy nacieron hace al menos dos años, y fueron engendrados hace tres. La altísima proporción de hembras en la faena no es gratis, pues con ella se van posibles madres. Según Ciccra, fueron hembras el 50,1% de los animales faenados hasta octubre, el porcentaje más alto en 20 años. “Es el proceso de liquidación de vientres más extenso y más intenso de las últimas décadas”, apunta el informe. Otro desperdicio ocurre con la alta matanza de animales jóvenes, que podrían ganar kilos (es decir, producir más carne) antes de ir al matadero.
La primera campaña de vacunación anti-aftosa del Senasa de este año (el modo más fiable de determinar cuántos animales hay en el país) dio que el stock rondaba los 53 millones de cabezas, contra los 61 millones que contabilizaba en 2006. Al parecer, la segunda campaña, que se está terminando, da ría peores resultados, pues computaría lo liquidado por la sequía.
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