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LA
ENCEFALOPATÍA ESPONGIFORME BOVINA
1. ¿QUÉ
ES?
2. HISTORIA
3. CONSECUENCIAS
4. PERSPECTIVAS DE FUTURO
1. ¿QUÉ
ES?
La encefalopatía espongiforme bovina es una enfermedad causada por los priones (un tipo especial de proteínas). Estos priones, al ser ingeridos, se transportan hasta zonas como el cerebro o la médula espinal, donde se concentran. Se cree que los priones son capaces de modificar otras proteínas en priones, asociándose entre ellos y formando una especie de burbujas en el cerebro que le dan al mismo un aspecto esponjoso, de ahí su nombre. El síntoma más común causado por la enfermedad es la disminución progresiva en la capacidad psicomotriz, que da lugar a esas imágenes de vacas incapaces de mantenerse en pie. Sin embargo, la enfermedad tarda mucho tiempo en desarrollarse hasta ese punto, por lo que los síntomas no aparecen hasta que está muy avanzada y tenemos que recurrir, de momento, al sacrificio del animal para proceder a diagnosticar la enfermedad. Otro síntoma asociado a la enfermedad es, por ejemplo, el cambio de carácter del animal, volviéndose en ocasiones más arisco.
2. HISTORIA
La enfermedad de las "vacas locas", EEB, tiene su procedencia, en realidad, en las ovejas. Desde mucho tiempo atrás, siglo I, aparecen descritos comportamientos de las ovejas similares a los que produce esta encefalopatía. Muchos se preguntarán porque, entonces, no ha llegado antes la enfermedad al hombre. En primer lugar no es del todo cierto que no llegara antes al hombre, si bien la ruta de cómo llego no está bien clara. En segundo lugar existe un impedimento genético que obstaculiza, en un alto grado, la transmisión de enfermedades entre especies. Cuanto más alejadas están dos especies genéticamente más difícil es que una misma enfermedad llegue a afectar a ambas. Hizo falta muchos años de alimentar a las vacas con harinas cárnicas de cordero para que las vacas contrajeran la enfermedad. El problema con las harinas cárnicas, no fue la carne, sino que eran elaboradas con los despojos del animal, justamente las partes donde los priones se concentran. Estas harinas parecían a todas luces e investigaciones nutriciamente muy justificables, aportaban al animal justo lo que este requería para su crecimiento. El paso de la enfermedad a las vacas, supuso un puente para los priones hasta el hombre.
Si bien es verdad que la enfermedad llegó a las vacas por administrarles alimentos que no tomarían de forma natural, no es menos cierto que, de forma general, tampoco nosotros tomaríamos despojos en nuestra dieta "natural" y que nos tomamos a diario con el procesamiento que hoy en día llevan todos los alimentos. No es casualidad que la E.E.B. se diera en las vacas y no en los cerdos, los cerdos son animales omnívoros y como tales digieren la proteína animal mejor que las vacas. Los priones, dejando a un lado el rigor científico, vienen a ser proteínas que son degradadas en un alto porcentaje por omnívoros y carnívoros. Tampoco es menos cierto que la supresión de las harinas cárnicas en la composición de los piensos para ganado, es para algunas especies de animales, como para los peces de piscifactoría, una mala medida, pues obligamos a utilizar en la composición de sus alimentos que no tomarían de forma natural. ¿Alguien se imagina alimentando a lobos con soja?. La solución pasa por alimentar a cada especie con el grupo de alimentos que tomarían ellos de forma voluntaria si pudieran elegir.
3. CONSECUENCIAS
No se pueden analizar conjuntamente las consecuencias de la E.E.B. en Inglaterra y en el resto de Europa. El desfase de años entre ambas y la diferencia en cuanto a incidencia no las hacen comparables. En Inglaterra se tiene constancia hasta el momento de 150.000 casos de "vacas locas", mientras que en España no llegamos al medio centenar a día de hoy.
Casos
de Encefalopatía Espongiforme Bovina en la U.E.
Países
|
Años
|
Totales
|
1987
y
antes
|
1988
|
1989
|
1990
|
1991
|
1992
|
1993
|
1994
|
1995
|
1996
|
1997
|
1998
|
1999
|
2000
|
2001
|
|
Francia
|
0
|
0
|
0
|
0
|
5
|
0
|
1
|
4
|
3
|
12
|
6
|
18
|
31
|
162
|
31
|
273
|
Reino
Unido
|
446
|
2.514
|
7.228
|
14.407
|
25.359
|
37.280
|
35.090
|
24.436
|
14.893
|
9.659
|
4.923
|
3.498
|
2.642
|
1.558
|
85
|
184.018
|
Irlanda
|
0
|
0
|
15
|
14
|
17
|
18
|
16
|
19
|
16
|
74
|
80
|
83
|
95
|
149
|
19
|
615
|
Italia
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
2
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
4
|
6
|
Portugal
|
0
|
0
|
0
|
1
|
1
|
1
|
3
|
12
|
14
|
29
|
30
|
106
|
159
|
150
|
1
|
507
|
Alemania
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
1
|
0
|
3
|
0
|
0
|
2
|
0
|
0
|
7
|
32
|
45
|
España
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
2
|
30
|
32
|
Holanda
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
2
|
2
|
2
|
2
|
6
|
14
|
Dinamarca
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
1
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
1
|
2
|
4
|
Bélgica
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
1
|
6
|
3
|
9
|
4
|
23
|
Luxemburgo
|
0
|
0
|
0
|
0
|
0
|
1
|
0
|
0
|
0
|
0
|
1
|
0
|
0
|
0
|
0
|
2
|
|
Totales
|
|
|
446
|
2.514
|
7.243
|
14.422
|
25.382
|
37.302
|
35.110
|
24.476
|
14.926
|
9.774
|
5.045
|
3.713
|
2.932
|
2.040
|
214
|
185.539
|
En
negrita se señalan los casos importados
|
Fuente de
datos: U.E.
Sin embargo la alarma social generada parece ser mayor por los casos producidos en España que a la inversa. Esto parece carecer de justificación, ya que si alguien enfermara encefalopatía espongiforme en España, lo más probable sería que fuese por carne Inglesa que consumió antes de su prohibición. Debido a esta alarma social, las medidas oficiales tomadas han sido muy estrictas, sobre todo si tenemos en cuenta que la enfermedad no se propaga más que por ingestión, y al parecer además, solo de ciertas zonas del animal. No obstante parecía necesario para que no se propagara la alarma social.
El problema es: ¿Fueron esas medidas las acertadas? ¿De quien es la culpa y quien paga los platos rotos?
Las medidas tomadas, sin duda alguna, recayeron, al principio, sobre el ganadero. Destruyendo economías familiares en la ejecución de un plan de emergencia "sanitario" que no iba respaldado de un plan de emergencia de ayudas económicas. Si a esto le unimos la presión social sobre los ganaderos, el resultado obtenido es que pagaron justos por pecadores. Los precios de la carne injustificadamente por los suelos, en un momento en el que solo llegaba a los mercados los productos cárnicos con una garantía de sanidad tal, que los convertían en los más seguros de nuestra historia. Además la aparición de casos de vacas es paralela a la introducción de los tests de su detección, lo que indica que ya había llegado probablemente carne en mal estado al consumidor, en cualquier caso nada comparable a lo que pudo llegar en su día desde Inglaterra. Todo esto hacia que las mayores perdidas económicas recayeran sobre el ganadero. Probablemente el más inocente de toda esta situación, ya que él da el pienso de mejor rendimiento para que su ganado sea competitivo, y es normalmente aconsejado por expertos o bien contratados o bien de las fábricas de pienso. Las cuales tampoco tiene la culpa, ya que ellas no hacían sino cumplir la legislación. A fin de cuentas quien dicta las normas sobre como deben ser los piensos son los gobiernos, y a fin de cuentas son ellos los que tendrían que haber pagado las consecuencias sociales y económicas.
4.
PERPECTIVAS
Ahora ha llegado el momento de la reforma del sector, algunas empresas no podrán soportar la crisis ni aun con las ayudas, mientras que otras se posicionarán mejor en el mercado. Saldrán nuevas leyes y normas sobre la alimentación del ganado que tendrán sus cosas buenas y malas.
Habrá subvenciones y ayudas al sector para su recuperación
La ganadería "ecológica" ganara terreno y los consumidores mirarán más por un tiempo su alimentación, pero al final el consumo volverá a su cauce con ligeros cambios, pero el sector estará cambiado y la "estrella" del pienso será la soja transgénica, o algún otro alimento transgénico que tomemos a diario sin saberlo.
El ganadero, por lo tanto, lo que tiene que hacer es aprovechar cuantas subvenciones pueda, y adecuarse al cambio del sector, cuyas demandas variarán tanto en cantidad como en forma. Estar al día y saber entender las tendencias van a ser más que nunca las claves de la supervivencia del sector.
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