Para estos cultivos existe una amplia variedad de híbridos y oportunidades de fechas de siembra (1a, 2a, intermedias) que pueden adaptarse a distintas condiciones y regiones agroecológicas del país. Sin embargo, el abanico de opciones forrajeras para conservar nutrientes es mucho más amplio que estos clásicos y va desde otros cultivos y pasturas megatérmicas (moha, mijo, grama rhodes, panicum, etc.), las praderas templadas en general (alfalfa; gramíneas templadas, pasturas mezclas) hasta los cereales típicos de invierno: avena, cebada, y trigo, los que se suman actualmente como alternativas muy promisorias.
Es importante señalar que la adecuada rotación y combinación de cultivos en los sistemas ganaderos intensivos es beneficiosa ya que permite hacer un uso sustentable y más eficiente de todos los recursos, principalmente cuando los ecosistemas son vulnerables y están sometidos a recurrentes y cambiantes escenarios climáticos.
Sobre esta base, desde que todos los forrajes son potencialmente “conservables” como fuentes de nutrientes, con más o menos proteínas; carbohidratos solubles o fibra digestible, de acuerdo a su tipo, es importante subrayar que las variables de mayor impacto: el rendimiento de materia seca y el valor nutricional del producto final ensilado son factores críticos para modelos de alta carga y alta producción individual.
Ensilajes de maíz y sorgos: Valor nutritivo
Proveen fibra fermentable (FDN química). Cuando los cultivos de maíz y/ó de sorgo contienen además mucho grano (+ 35% de la MS total del total de la planta) se pueden considerar alimentos energéticos. Si el tamaño de picado es el adecuado y el material no está demasiado húmedo, representan también una excelente fuente complementaria de fibra efectiva.
- Ventajas
Son recursos apropiados para complementar el pastoreo en cualquier momento del año.
Contribuyen a equilibrar las dietas, ya que amortiguan los excesos de amoníaco que se producen cuando se degradan las proteínas de las pasturas y suministran fibra cuando el forraje es muy tierno y aguachento.
Durante la primavera, ofrecidos previo al pastoreo, minimizan el riesgo de empaste y en verano pueden servir de vehículo para suplementar al ganado, bajo la sombra, con algunos concentrados (balanceados especiales, grasas, proteínas by pass, etc.).
En la dieta de vacas lecheras en transición (pre y posparto) ayudan a mejorar el balance energético y el balance anión-catión, evitando la ocurrencia de las patologías típicas de la vacas en este estado fisiológico.
En los sistemas intensivos, cuando sobrevienen contingencias climáticas severas (sequías o inundaciones prolongadas), cumplen un rol esencial en el mantenimiento del stock ganadero y en épocas normales, permiten un sustancial incremento de la carga animal. Como se señaló previamente, constituyen generalmente los forrajes básicos de las dietas TMR y PMR en muchos establecimientos de producción de leche y carne.
- Desventajas
Son recursos muy pobres en proteínas, calcio y fósforo. Por lo tanto, si van a formar una parte importante de la dieta se deben corregir estos nutrientes con formulaciones especiales.
Como todo alimento previamente fermentado, son muy palatables y ávidamente consumidos, razón por la cual pueden producir disturbios ruminales (acidosis) si se los suministra sin control y sin acostumbramiento previo.
Si el picado es muy fino o el material está muy húmedo no son buena fuente de FDNef. Por otro lado, cuando se cosecha el cultivo muy “pasado”, la digestibilidad cae marcadamente y pierden su potencial de alimento energético, ya que se producen muchas pérdidas fecales.
Bajo condiciones deficientes de elaboración y almacenamiento, los silajes se transforman en verdaderos caldos de cultivo de hongos productores de toxinas (micotoxinas).
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