La Asociación de Almacenes Frigoríficos de Carnes y Salas de Despiece (Anafric), ha conseguido finalmente que las tasas que pagan las salas de despiece en Catalunya se vinculen al número de visitas que realizan los inspectores oficiales, y no al número de toneladas que se procesan, como se ha venido haciendo hasta ahora. Así ha quedado recogido en el proyecto de ley de acompañamiento a los Presupuestos de la Generalitat para 2014, recientemente presentado.
En concreto, el artículo 88 de este proyecto de ley modifica la anterior Ley de tasas y precios públicos de la Generalitat, y establece que “para los controles de las salas de despiece, la cuota se determina en función del número de visitas de control oficial que realicen los agentes de la autoridad sanitaria al establecimiento”, fijando un precio de 51,80 euros por visita.
Una tasa injusta
La anterior normativa se consideraba injusta, ya que no existía ninguna correlación entre lo que pagaban los operadores y el servicio que, efectivamente, recibían por parte de la administración. “Mas que una tasa –se ha denunciado repetidamente desde Anafric—, parece un impuesto sobre la producción”.
“Eso, además de injusto, es ineficiente desde el punto de vista del gasto público”. Así lo expresaba Carolina Cucurella, del departamento técnico de Anafric, en la comparecencia que la Asociación realizó el pasado 30 de octubre ante la Comisión de Agricultura del Parlament de Catalunya. Y lo ilustró con un ejemplo: “un operador pagó en 2012 un importe de 3.700 euros en concepto de tasas, habiendo recibido tan solo dos visitas al año de los veterinarios oficiales (a un coste, por tanto, superior a los 1.600 euros por visita), mientras otro pagó apenas 3.000 euros, aun habiendo recibido visitas de control oficial prácticamente cada semana”.
Ese es, precisamente, el próximo caballo de batalla de Anafric: lograr que se vincule el número de visitas al nivel de cumplimiento de la normativa por parte de los operadores (o al riesgo potencial de acuerdo con su historial), de modo que, indirectamente, se pueda premiar, con un número inferior de inspecciones, a aquellos establecimientos que cumplen escrupulosamente con todos los requerimientos higiénicos y sanitarios y que destinan importantes recursos (económicos, humanos y tecnológicos) a enriquecer su propio sistema de autocontrol (algo que, de hecho, ya prevé la normativa comunitaria al respecto).
Complejidad administrativa del modelo de seguridad alimentaria
En su comparecencia ante la Comisión de Agricultura del Parlamento catalán, Anafric también puso sobre la mesa otra preocupación compartida por todos los operadores del sector: la enorme complejidad del modelo actual de seguridad alimentaria, que no solo depende de distintas administraciones y está regulado por diversas normativas, sino que, dentro de una misma administración, compete a distintos departamentos o consejerías. En el caso de Catalunya, por ejemplo, las competencias en materia de seguridad alimentaria quedan repartidas entre la Consejería de Agricultura y la Consejería de Sanidad.
Anafric por su parte, recogió el guante de CiU y manifestó la voluntad de trabajar con el resto de asociaciones del sector para conseguir un acuerdo consensuado que permita avanzar hacia la creación de un sistema de control gestionado por un único ente interdepartamental que tenga todas las competencias en el control y la seguridad de las carnes.
Situación del sector:
+ 10% de volumen de negocio entre 2008 y 2011 (Facturación: 7.596 millones de euros, según Idescat), vs.
+ 4,39% Ind. Alimentaria y -9,88% Total Industria.
+ 3% de ocupación (29.290 personas ocupadas, según Idescat), a pesar de la reducción en el número de establecimientos
Catalunya: líder en la producción de porcino (concentra el 43% de los sacrificios que se realizan en España) y en exportaciones (70% de las exportaciones de carne fresca de cerdo); recupera la primera posición en sacrificio vacuno (que perdió en 2012, cuando fue superada por Castilla León), con un 20% del total de cabezas/reses sacrificadas, y segunda comunidad autónoma en exportaciones de vacuno.
Consumo de carne fresca tiende a recuperarse: +0,58% interanual (agost 2012-agost 2013, Magrama), aunque todavía preocupa la fuerte bajada en el consumo de ovino/caprino (-11,37%, tercer año consecutivo de caída) y la tendencia, todavía negativa, en el consumo de carne de bovino (-3,15%). Signos inequívocos, según los operadores del sector, de la pérdida de poder adquisitivo que siguen sufriendo las familias.
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