''El problema viene desde hace largo rato. En algunos lugares puntuales llovió un poco, pero en el centro y norte de la provincia casi no cae agua desde 2007. En la zona del valle hay agricultura bajo riego, pero en resto de Chubut se usa la ganadería extensiva con pastizal natural, por lo que dependemos mucho de las lluvias. Al oeste de la ruta 3, que corre parelela a la costa, cientos de campos quedaron vacíos y la carga de ovejas casi desapareció'', detalló el ruralista.
Históricamente, el sector ovino fue el punto fuerte de la provincia y durante los años 80 se alcanzó la mayor cantidad de animales. Luego la producción se estabilizó en 5 millones. Pero en los últimos años, no se llega a 3 millones. ''Las únicas zonas que se salvan de la sequía son la costera, por lluvias que vienen del mar; y cerca de la cordillera. Pero en el resto de la región la situación es dramática'', contó Trucco a ediciónrural.com.
Por último, dijo que si bien hubo una pequeña ayuda de parte del Gobierno provincial cuando surgió el problema de las cenizas en 2011, ''nada de esto alcanza''. ''Daban paliativos, subsidios y provisión de alimento balanceado, pero la solución de fondo sería que se regularice la caída de agua y hacer grandes obras hidráulicas. Mientras tanto, lo único que se puede hacer es intentar ayudar a mantener vivas a las ovejas madres y hacer una pequeña reproducción. Es la única esperanza de supervivencia del pequeño productor. La producción a gran escala ya es totalmente inviable. El panorama es complicadísimo'', finalizó.
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