La denuncia de los ganaderos y sus agrupaciones, aupada por los bajos precios de la leche, se ha extendido desde hace meses. Las diferencias de calidad entre marcas de leche, aunque siempre dentro los estándares máximos de salubridad, no tienen una explicación lógica. Es decir, que son a veces notables y, lo que es peor, el consumidor no tiene manera de saber la que es mejor, porque el precio no es una guía adecuada.
Esta crítica, repetida de los ganaderos desde hace tiempo, va a ser, por fin, comprobada de una manera científica. El Laboratorio Interprofesional Lechero de Cantabria (LILC) va a llevar a cabo de forma inmediata un profundo estudio sobre la calidad de los productos lácteos que se venden en nuestra región, a iniciativa y por encargo de la Consejería de Desarrollo Rural del Gobierno de Cantabria.
El consejero de Desarrollo Rural, Jesús Oria, firmó el acuerdo con el presidente del LILC, Mariano López. El LILC tiene una larga experiencia y trayectoria en este tipo de estudios. En concreto, el estudio va a consistir en un completo análisis de 35 marcas de leche UHT entera, de 10 marcas de leche UHT entera- calcio, de 8 marcas de leche UHT vitaminas, de 10 yogures naturales, de 10 yogures de sabor, de 10 de yogurt líquido, de 10 de queso fresco, de 20 de queso semicurado, de 10 de queso fundido/rallado y de 10 de mantequilla.
Este estudio es pionero en España, tanto por lo exhaustivo como por la gran variedad en el tipo de productos, de marcas y de analíticas que se van a realizar en cada una de ellas. Es novedoso porque no sólo abarcará aspectos legislativos (grasa, proteína, extracto seco, microbiología, etc.) para cada tipo de producto, sino también aspectos de control de calidad del producto final que incluye, entre otros, los controles necesarios para garantizar la utilización de leches con todas sus características nutritivas y de calidad sin añadidos extraños y que hayan sido sometidas a un correcto calentamiento, así como los controles para la determinación de los tipos de grasas utilizados en la fabricación de los quesos, mantequilla y yogures, el control de los conservantes adicionados, etc.
Además de estos controles de calidad, se realizará el control organoléptico de cada uno de los productos analizados y las analíticas necesarias para la comprobación del cumplimiento del etiquetado.
El trabajo estará finalizado en el plazo de un os quince días. La Consejería no ha informado sobre el destino final de los resultados, es decir, si serán divulgados o comunicados a la empresas fabricantes.
Región pionera
Según ha explicado el director del LILC, Juan Moragas, Cantabria fue la primera región de España en tener un laboratorio independiente para el control de la calidad y su correspondiente pago al ganadero y ahora puede ser también la primera en hacerlo con los productos lácteos en su conjunto. «La trascendencia será enorme y beneficiosa para todo el sector lácteo como una herramienta de demostración de su calidad saludable», aseguró Moragas, que cree que la mejor manera de desmontar opiniones contrarias a la leche es la transparencia.
«Estudios como el que se va ha hacer, si se mantienen en el tiempo, acabarán con los agoreros del sector lácteo, que no tendrán nada que hacer», sostiene el director del LILC.
Moragas se muestra convencido de que la calidad legal y comercial «a la vista de nuestro conocimiento actual y por análisis ya realizados se espera que sea, por lo menos, aceptable en su conjunto». El director del LILC siempre ha sostenido que la leche es, con toda seguridad, el alimento que más análisis y controles sufre antes de entrar en las cadenas de producción industrial.
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