En un campo ganadero se producen gases de efecto invernadero, especialmente las vacas, que emiten gas metano por la fermentación en sus estómagos y óxido nitroso con la orina y el estiércol, más las camionetas por el uso de combustibles fósiles y la basura humana que se genera. Cuando se hace toda esta cuenta da una cierta cantidad de toneladas de dióxido de carbono, responsable del calentamiento de la tierra.
En Argentina la ganadería es responsable del 35% de los gases contaminantes que alteran el clima, según datos oficiales. La cantidad de carbono que determinado campo emite ahora se podrá “absorber con árboles”, con lo cual la carne o la leche producida en ese establecimiento será considerada “carbono neutral”, es decir que se produjo compensando la emisiones de gases nocivos.
La rectora de la Universidad de la Punta (ULP), Alicia Bañuelos, adelantó el nuevo proyecto que desarrollará durante 2010: “Balance cero ganadero”, un programa único en el país.
Bañuelos tomó parte de la experiencia que desarrolló recientemente Guillermo Berra, un investigador del INTA Castelar que creó una mochila que se coloca sobre el lomo de las vacas para medir la emisión de gases contaminantes en diferentes sistemas productivos que inciden en el cambio climático.
“Esta es la cuenta que debe hacerse y la ULP la tiene hecha. Me puse en contacto con Berra, justamente para tener los mejores valores por categoría de animal, tamaño y por tipo de producción cuánto metano produce por la fermentación digestiva y tomando los parámetros que da el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas, medir los indicadores de óxido nitroso”, explicó Bañuelos.
Esta es la intención de la ULP para 2010: generalizar Balance Cero para los campos productivos y, de lo que se está ocupando el Ministerio del Campo, tratar de vender estos “bonos verdes” (certificaciones de reducción de emisiones) en el mercado internacional abierto.
Por otro lado, la ULP como ente auditor propio que tendrá la provincia certificará la cuenta y después la plantación de árboles, de manera que San Luis pueda lograr una marca que llegue al corte de carne o la caja de leche que diga este producto no contribuye al calentamiento global.
En las próximas semanas Bañuelos firmará un convenio con Berra para poner dos vacas en el Campus de la ULP con una versión superada al de la “mochila” que inventó este técnico del INTA, ahora reemplazada por una suerte de “piercing” en el abdomen que registra la cantidad de gas metano que emite el estómago del bovino.
Este sistema funciona con señal inalámbrica de Internet (Wi-FI) por lo que las dos vacas que se vivirán en la universidad podrán monitorearse desde una computadora y saber cuántos litros de metano produce cada animal por día.
Este ensayo tiene un objetivo educativo, que se complementa con el resto de los programas funcionando de la casa de estudios: la planta de reciclado de papel, un biodigestor para generar energía y Balance Cero, el programa aplicado en varias localidades de la provincia donde se estima la electricidad que consume cada casa y la cantidad de dióxido de carbono liberado para producir esa energía y luego compensarlo con forestación.
“Esto es para que los chicos puedan ver en la práctica cómo se produce y cómo se compensa. Aunque también será para los grandes, porque hay muchos ganaderos que no saben que el 35% de las emisiones de gases contaminantes de la atmósfera en Argentina se debe a la producción de metano de las vacas, como consecuencia de la fermentación entérica”.
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