Sin embargo, Luis Marchi, productor y técnico, desarrolla un esquema agrícolaganadero más intensivo, con altos niveles de productividad, adaptado a los requerimientos del mercado y con interesantes resultados económicos.
En el norte de la provincia de Buenos Aires, precisamente en la localidad de San Antonio de Areco, Infocampo visitó a Marchi, quien en su establecimiento Don Aquiles, de 350 ha, sostiene que su modelo eleva su facturación global en un 30% con respecto a un esquema agrícola.Para no correrse de la actividad ganadera, invariablemente, Marchi debió dotar de eficiencia a su invernada. Dicha eficiencia flexibilizó el sistema y le permite adaptarse a contingencias de índole climática y económica.
ESQUEMA
De la totalidad de hectáreas con aptitud 100% agrícola, el 80% del campo lo destina a la producción, exclusivamente de cultivos de verano, y el 20% restante, a la ganadería.
Prácticas como la alimentación con verdeos de invierno, el consumo de residuos de cosecha, confección de henolajes de pasturas consociadas base alfalfa, y la suplementación con grano marcan el ritmo de la recría y la terminación de una invernada corta de 12 meses.
El productor recibe a los terneros de reposición propia con un promedio de peso de 180 kg y los termina con 340 kg (320 kg las vaquillonas y 360 kg los novillos).
La entrada de animales comienza entre los meses de marzo, abril y mayo, con un pico de carga que llega a los 600 cabezas en junio.
Durante la recría, los animales pastorean un recurso de aprovechamiento ligero, como los residuos de cosecha, a la vez que un verdeo de altísima calidad, como la avena.
Según Marchi, el verdeo es lo que transforma el campo agrícola en ganadero en el período libre entre la cosecha gruesa y la siguiente siembra estival. “Con los verdeos y el rastrojo gano kilos de carne, utilizando los recursos que están sin aprovechar por otra actividad”, destaca.
El manejo de la pastura depende de la disponibilidad de rollos. Si las reservas son bajas, la pastura se destina para la obtención de heno. De lo contrario, se consume en pie.
Durante la etapa a pasto pretende que el animal gane 100 kg con un recurso barato, que de acuerdo con el técnico representa el 70% de los márgenes positivos obtenidos de esta actividad.
Este es un proceso dinámico y acotado en el tiempo, ya que de prolongarse se retrasaría la terminación del animal y también se superpondría temporalmente con la agricultura.
A partir de los 280 kg comienza la terminación a corral. Esta etapa es de un menor retorno económico por cabeza, pero que resulta necesaria para potenciar el sistema pastoril, ya que acelera la salida de los animales, permite aumentos de carga, contempla los requerimientos del mercado de consumo, que exige un animal chico y parejo, y también responde al mercado que paga más por un animal terminado a corral.
Al ser un sistema complementario, fundamentalmente articulado por la variable ''precio del maíz'', un sensible incremento en el valor del grano impacta directamente en los costos del encierre, a la vez que le permite al productor comercializar el cereal como grano.
Un cálculo rápido entrega los siguientes resultados. Cada kilo de carne el productor lo comercializa a 3,7 $/kg, y con un valor de maíz de 0,4 $/kg, y teniendo en cuenta que por cada kilo de carne consume 7 kg de maíz, el costo de lograr 1 kg de carne es de $2,8.
Claro que dentro de estos costos hay que ponderar también los de sanidad y los operativos.Esta “cuenta de chacarero” le permite al técnico tomar la rápida decisión de priorizar la invernada pastoril o intensificar el encierre.
''El campo actual no permite esquemas rígidos, hay un permanente dinamismo impulsado por el cambio de las reglas de juego”, aclaró. Además, “está en la habilidad de cada productor adaptarse y reordenar el sistema productivo”.
Si bien la salida de los animales terminados es paulatina, aunque al mismo tiempo la hay programada y retrasada, durante los meses de diciembre, enero y febrero le permite al productor acceder a un mejor precio de mercado.
De mantenerse un pago diferencial por kilo de carne de animales terminados a corral, y un valor de maíz que permita agregarle valor, la terminación a corral es una alternativa que favorece resultados positivos de la empresa.
En conclusión, entre los extremos dados por un sistema pastoril y el feedlot existen distintas empresas ganaderas intensificadas, que dependiendo de la habilidad empresarial exhiben alta calidad de producto, altos niveles de productividad e interesantes resultados económicos.
Es muy importante para el ganadero que pretende mantenerse dentro de la actividad no descuidar ninguna etapa, tanto a nivel productivo como gerencial.
Ajustar la carga en función de la oferta del recurso barato es una alternativa. De esta manera, si las ganancias a pasto no fueron las óptimas, no se resienten los márgenes brutos como consecuencia de un aumento en los niveles de suplemento para terminar los animales.
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