El Consejo de Agricultura de la Unión Europea (UE) ha llegado a un acuerdo sobre una normativa para mejorar, en la medida de lo posible, el bienestar de los animales y reducir el dolor durante su sacrificio. La nueva regulación prevé reglas más estrictas para los mataderos, entre ellas la designación de un experto en ''bienestar animal'' y por otro lado, exige que las personas que trabajan sacrificando animales tengan un ''certificado especial''. Para obtener esa licencia, será necesaria una formación y la persona que trabaje en los mataderos deberá tener ciertos conocimientos sobre los dolores del animal, técnicas de aturdimiento o el buen trato al ganado. El certificado para los matarifes estará expedido por las autoridades competentes, aunque la formación pueda seguirse en distintos sitios.
Sin embargo, este acuerdo deja a los países la posibilidad de excluir los ritos religiosos de las exigencias nuevas sobre el aturdimiento de los animales antes de matarlos. Esta parte de la normativa ha sido la más sensible dentro de la discusión de la UE, pues la comunidad judía y la musulmana se han quejado de que en algunos países del norte los requisitos sobre bienestar animal les suponen trabas a sus rituales. La regulación prevé que se evalúe la eficacia de los métodos para atontar a los animales y prevé que posteriormente se vigile que no están conscientes, en el momento en que son sacrificados.
Por su parte, los fabricantes de material para aturdir deberán adjuntar instrucciones para garantizar que los animales sufren menos.
En el nº 170 de la revista Eurocarne, se publicó un artículo en el que se recogían las propuestas para el cambio de la actual normativa sobre la protección de los animales durante el sacrificio.
Unos 360 millones de cerdos, cabras, ovejas y terneros, así como muchos millones de aves son sacrificados en los mataderos de los países de la UE para el uso de su carne; otros 25 millones de animales, para emplear su piel y a estas cifras hay que añadir las matanzas excepcionales en masa por epidemias.
Además, el Consejo de la UE ha aprobado una normativa sobre ''nuevos alimentos'' dentro de la que pide un marco más regulado sobre los productos que procedan de animales obtenidos mediante la clonación, pero no los prohíbe.
Por otra parte, los ministros han acordado unas conclusiones relativas al futuro de las ayudas agrícolas después de 2013, en la que constatan la necesidad de hacerlas más simples e igualar las subvenciones entre los países que entraron antes y después de 2004; las discusiones sobre este asunto empezarán en 2010. El Consejo ha dado el visto bueno también a propuestas sobre las zonas ''desfavorecidas'' con derecho a más ayudas, dentro del desarrollo rural y acerca de las denominaciones de origen, pero en ninguno de los dos casos son propuestas legales, pues los textos legislativos se presentarán más adelante.
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