Los focos de tembladera del ovino declarados en España han ido en aumento durante la última década, desde el año 2000, a tenor de los datos de un estudio publicado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), que se recoge como documento adjunto.
La Comunidad donde la incidencia ha sido mayor durante 2008 ha sido Castilla-La Mancha, seguida de Aragón y Castilla y León, lo que teniendo en cuenta la diferencia de censos entre esas regiones da una primera pista sobre el grado de incidencia. Ese asunto, además, a falta de otros detalles que se irán conociendo, da también una primera pista sobre la susceptibilidad de las distintas razas a esta enfermedad, según informa Oviespaña.
También destaca en este estudio, la evolución creciente que ha seguido la declaración de focos desde el año 2000: cuatro en toda España, hasta el año 2006, cuando hubo un total de cincuenta y tres focos. A partir de entonces se ha observado un punto de inflexión a la baja.
La mayoría de los focos se han caracterizado como de tembladera atípica, lo que ha abierto cierto grado de preocupación en el sector por su relación con los esfuerzos de genotipado y el intento de crear líneas más resistentes. Los casos han afectado tanto a explotaciones de ovino como de caprino, siendo mucho menos numerosos estos últimos, lo que también guarda relación con el censo de animales y explotaciones de cada una de las dos especies.
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