El American Meat Institute y el Food Marketing Institute han presentado recientemente la cuarta edición del Power of meat un estudio conjunto que analiza los hábitos de compra de la carne y los productos cárnicos. Según el estudio, la recesión económica se está haciendo notar en la compra de productos frescos y también dentro de las elecciones de los consumidores al escoger la carne y los productos cárnicos. El informe, que recoge la opinión de más de 1.000 entrevistados, fue presentado en la Annual Meat Conference que organiza el American Meat Institute.
Mientras que los consumidores están haciendo menos comidas fuera de casa y están cocinando más en casa, están comprando menos y sustituyendo determinados productos, reduciendo sus compras a unos 75 euros semanales. Los compradores utilizan cada día más ofertas a través de cupones, comprando tan sólo aquello que necesitan, cambiando de marcas privadas a marcas blancas y de productos costosos a otros que están en oferta.
En el caso de la carne envasada, más de la mitad de los encuestados también han cambiado sus hábitos de compra. El 71% busca las ofertas que hace un año apenas si miraban, el 96% compran cuando está en oferta y el 67% escoge cortes menos costosos.
Muchos de los encuestados afirman que han cambiado el sitio de compra de la carne con el fin de ahorrar dinero. Esto ha motivado que las ventas en los supermercados se hayan reducido, pese a que siguen siendo el lugar escogido por el 66% de los encuestados. El 58% de los compradores compra carne en grandes cantidades con el fin de filetearla, congelarla y utilizarla más tarde.
Pese a las dificultades económicas, la carne sigue siendo uno de los principales productos en la cesta de la compra de los norteamericanos. Según el estudio, la familia media que tiene 5 cenas en casa a la semana incluye carne en 3,9 de dichas cenas frente al 4,2 de hace 1 año. La carne de pollo y la de vacuno están entre las más solicitadas.
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