Investigadores de Bahía Blanca y de Bariloche (Argentina) han probado el poder de la cipermetrina para combatir las garrapatas o piojos de ovinos con las dosis recomendadas por los fabricantes. La información de la acción de pesticidas sobre estos parásitos es escasa en Argentina, ya que no hay demasiados datos que muestren la eficacia de los diversos procedimientos utilizados en el control de plagas, según informa la Fundación DiCYT.
Por eso, un equipo del Laboratorio de Servicios Tecnológicos del Instituto de Investigaciones Bioquímicas (Universidad Nacional del Sur-Conicet Bahía Blanca) registró la acción de un piretroide cómo la cipermetrina sobre parásitos de las ovejas.
Según explicó Hugo Caldironi, el investigador que presentó los resultados de la investigación en el II Workshop Latinoamericano sobre Residuos de Pesticidas realizado por la Universidad Nacional del Litoral este año, tras 40 días de aplicación del producto no quedaban residuos efectivos para el tratamiento de los parásitos, ya que se diluía o se distribuía muy rápidamente, con lo cual la efectividad se reducía de forma drástica. “Para las ovejas, en estas condiciones de trabajo se vio que no era efectivo el tratamiento. Por lo menos como se dio en las concentraciones y como estaba previsto en las recomendaciones del fabricante”, señaló.
Sin embargo, tal y como refleja la información recogida por la UNL, los ensayos realizados en cabras tuvieron resultados muy distintos y el tratamiento fue totalmente efectivo. Los investigadores aún no pueden establecer cuáles son las causas de la diferencia. “Uno de los factores puede ser el tipo de pelo, la untuosidad, la cantidad de grasa que contiene el material, pero los estamos estudiando aún. Incluso pensamos indagar en otros animales como los guanacos”, señaló el experto.
En cuanto a la sustancia utilizada, el investigador sostuvo que “la cipermetrina es un químico propuesto para el tratamiento de ectoparásitos. Es un compuesto clorado del tipo de los piretroides, de los que llamamos ‘derribantes’, que se usan para evitar la presencia de mosquitos u otros insectos, pero además es un buen recurso utilizado contra parásitos de la lana o del pelo de las cabras u otros animales”.
La investigación consistió en separar 20 ovejas del mismo tamaño, edad y peso. Posteriormente fueron puestas en un predio en el que previamente no había animales tratados con el producto, para no tener una influencia anterior de la cipermetrina presente en el ambiente, ya sea en la tierra o en los corrales. Luego, se hizo el tratamiento normal recomendado por los proveedores del producto.
Más tarde, aplicaron unos dos gramos del químico sobre la lana. El paso siguiente fue tomar muestras de lana del lomo y de los costados del animal cada una o dos semanas aproximadamente, teniendo en cuenta que el producto se va escurriendo hacia el resto del cuerpo de la oveja.
“Vimos que entre la segunda y la tercera semana se tenía la mayor cantidad de producto distribuido en la lana del animal. Pero pasado ese lapso bajó drásticamente la concentración. Finalmente, a los 40 días no quedaban residuos efectivos para el tratamiento de los parásitos. Se diluía o se distribuía muy rápidamente, con lo cual la efectividad bajaba drásticamente“, aseguró.
A la vez, esos datos se compararon con las muestras de la población de parásitos tomados de animales sanos y otros infectados. El especialista expresó que, a largo plazo, el objetivo del proyecto es que haya datos de referencia en el país, porque hoy sólo existen ensayos esporádicos y aislados.
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