La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, (COAG), propondrá unidad de acción al resto de organizaciones agrarias de ámbito estatal con el objetivo de afrontar el peor escenario de las últimas décadas para los ganaderos lácteos.
El sector lácteo, reunido en el día de ayer en Madrid, constató que la situación es insostenible en las principales zonas productoras ya que, a las nuevas bajadas de precios decididas por la industria de forma unilateral, que obligan a los ganaderos a vender por debajo de coste, se une en esta ocasión la no recogida de leche en el campo. “La industria no tiene ningún tipo de escrúpulos para dejar de recoger la leche de nuestras explotaciones mientras que la recoge sin problemas en países como Portugal, pero sobre todo en Francia. Además, el país galo produce más leche que la que consume por lo que los excedentes que entran en España lo hacen con un precio muy por debajo de nuestros costes de producción”, ha argumentado Gaspar Anabitarte, responsable del sector lácteo de COAG. (En agosto se han producido bajadas de hasta 0,036 euros/litro, 6 de las antiguas pesetas. En septiembre están anunciadas nuevas bajadas de entre 0,018 y 0, 0,036 euros/litro, que pueden colocar los precios de la leche en el campo en 0,35 euros/litro, cuando el coste de producción medio se sitúa en torno a los 0,42 euros/litro).
Las grandes cadenas de distribución también están utilizando para sus marcas blancas leches procedentes de otros países, en la mayoría de los casos de Francia. Esta práctica pasa totalmente desapercibida para el consumidor que no cuenta con la información suficiente para conocer la procedencia de la leche que consume.
Entre las principales causas de la actual situación se encuentra la decisión de la UE, apoyada por nuestro país, para incrementar de forma lineal un 2% de la cuota de producción de los distintos EE.MM. Su puesta en marcha ha generado mayores excedentes en aquellos países, como Francia, que tienen una cuota asignada por encima de su nivel de consumo. Asimismo, la espiral liberalizadora de la Política Agraria Común, PAC, y la consiguiente eliminación de los mecanismos de regulación de mercado, tales como la intervención pública, han servido de caldo de cultivo para una mayor volatibilidad de los precios.
A todo ello hay que sumar un contrato tipo homologado para la leche de vaca, impulsado por el Ministerio de Medio Rural y apoyado por todas las organizaciones agrarias menos COAG, que ha sido instrumentalizado por la industria en beneficio propio. COAG ya avisó en su momento que si el contrato tipo no va acompañado de un modelo de precios, queda vacío de contenido. “Sin una negociación colectiva de los precios de la leche, un ganadero solo no puede negociar en términos de igualdad con la industria”, matizó Anabitarte, a lo que añadió, “sin un acuerdo sobre los precios, la industria puede utilizarlo para mantener su ''posición dominante''. Y así ha sido.
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