El sector avícola es un pilar importante en la economía de muchos pueblos y comarcas de Andalucía. Sin embargo está desapareciendo por la presión cada vez mayor de la administración y los contratos abusivos de la industria y las integradoras. Ante esta situación dramática la Administración ha abandonado a los avicultores a su suerte, haciendo oídos sordos a sus problemas con las integradoras y negando las ayudas que necesitan para modernizar sus instalaciones. UPA-Andalucía denuncia que las integradoras avícolas continúan ejerciendo su posición de monopolio, imponiendo unas condiciones de producción y económicas que rayan la ilegalidad. Existe un acuerdo entre las Organizaciones Profesionales Agrarias entre las que se encuentra UPA y las empresas integradoras para regular el mercado mediante un contrato tipo homologado, incluso refrendado por la actual Ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Sin embargo las integradoras se saltan dichos acuerdos e imponen su dominio con actitudes mafiosas. Los avicultores andaluces están indefensos ante este monopolio mientras la el Ministerio y la Junta de Andalucía miran hacia otro lado.
La avicultura de carne, pese a ser un sector ganadero muy profesional y que requiere grandes inversiones siempre ha estado al margen de ayudas, excepto algunas ayudas a la modernización de explotaciones que recientemente se les ha eliminado. Mientras la Junta de Andalucía les “regala” laboratorios, veterinarios, medicamentos, etc. a las empresas integradoras como SADA, los avicultores tienen que cerrar sus granjas por falta de apoyo. UPA-Andalucía considera que financiar a los que tienen el monopolio de la producción avícola, las integradoras, no es apoyar un sector estratégico como es la avicultura, sino regalar fondos de Andalucía para las multinacionales con sede en otros países como el caso de NUTRECO (SADA, PIMPOLLO). Las empresas integradoras avícolas, con SADA a la cabeza, están arruinando al sector avícola de carne, ahora que se estaba recuperando tras la crisis de la gripe aviar. Para echar más leña al fuego, a la carne de pollo se le achaca el incremento del IPC y se ataca a los avicultores. Los avicultores no reciben más ingresos porque suba el precio del pollo, son las integradoras con su política de mercado los que hacen que el precio suba o baje en función de sus necesidades. Por otra parte, los costes de producción han aumentado de manera exponencial motivado por el sobrecoste de la energía a nivel global, pero los ingresos se mantienen congelados al avicultor. Ante esta situación UPA-Andalucía demanda a la administración una mayor implicación en el este sector tan ligado al medio rural andaluz como es la avicultura. Para ello exigimos la puesta en marcha de una ley de integración para evitar el abuso de las integradoras y un contrato tipo regional para que la relación entre las integradoras y los avicultores deje de ser un contrato de servidumbre. Debemos recordar que los avicultores realizan su actividad principalmente en el mundo rural, con lo que aportan un sustento económico en muchas comarcas de Andalucía. Con el cierre de las granjas no solo se arruina el avicultor, sino su familia y el resto de vecinos. En vez de apoyar a los avicultores andaluces y favorecer el desarrollo de nuestros pueblos, como propone Bruselas, la Junta de Andalucía financia a las multinacionales con sede en otros países, que utilizan a los avicultores andaluces de manera despótica. Si esta actitud de las integradoras apoyadas por la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía no cambia, UPA-Andalucía anuncia movilizaciones con los avicultores andaluces para evitar que cierren sus granjas. Estas movilizaciones consistirán en cierre de mataderos, incluso de un paro patronal en el primer trimestre del próximo año.
Andalucía cuenta con 1.680 explotaciones pollos de engorde, correspondiendo el mayor número de ellas a Sevilla, Huelva y Granada.
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