Según el último recuento, realizado en el mes de agosto, el aumento de la caza ha provocado que la población de conejos haya disminuido en las zonas que presentaban índices muy altos y que están situadas principalmente en la margen derecha del Ebro. A pesar del descenso, los datos reflejan que la población sigue estando por encima del umbral soportable para que los daños provocados por estos animales sean manejables.
La presión cinegética es especialmente efectiva en otoño, ya que durante los meses de octubre, noviembre y diciembre, inmediatamente anteriores a la época reproductiva del conejo, es cuando se provocan más daños en cultivos como el bróculi y el cereal.
En los cotos de Fitero, los daños han disminuido en un 25 por ciento, y en los de Caparroso la práctica totalidad de los daños se ha debido a la sequía y no a un correcto manejo cinegético de la población de conejos. Los cotos han emprendido medidas preventivas directas, como la colocación de barreras físicas para la protección de los cultivos (mallas, pastores eléctricos o tubos protectores), e indirectas, como la apertura de claros para facilitar una caza más eficaz.
Carlos Merino
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