ASAJA lamenta la premura del presidente del Colegio de Veterinarios de Asturias en mostrar su satisfacción por la obligatoriedad del certificado veterinario, un requisito absurdo que no responde a ninguna necesidad real. Lo único que demuestra el presidente del Colegio de Veterinarios con esta actitud es afán recaudatorio, obviando la grave situación de crisis que atraviesa el sector ganadero asturiano, hacia el que debería mostrar más empatía.
El Sr. Solís, parece olvidar que los ingresos de muchos veterinarios en nuestra región proceden de los ganaderos y que si estos abandonan la actividad muchos de ellos pasaran a engrosar las listas del paro.
ASAJA, en nombre del sector productor ganadero, ha venido reclamando la supresión del certificado al considerar que no aporta ninguna garantía adicional a la seguridad alimentaria y por el contrario supone una mayor carga burocrática, costes añadidos para el ganadero y una traba en el normal funcionamiento de la cadena comercial.
El presidente del Colegio de Veterinarios, sabe perfectamente que el certificado no refuerza la seguridad de los controles en el ganado, que los casos positivos de EEB se han detectado en los posteriores controles y análisis realizados en el matadero, que son los únicos que garantizan que la carne es apta para el consumo y que son los que realmente aportan confianza al consumidor.
ASAJA pide al Colegio de Veterinarios que abandone su codicia y que apoye mas al sector ganadero que tiene encendidas todas las luces de alarma y que se encuentra en el límite de la supervivencia.
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