La crisis financiera global está afectando a la ganadería argentina. Y aun cuando el mundo salga de la debacle, los precios internacionales de la carne no volverán a ser los de antes, según estiman especialistas.
La crisis mundial detuvo las exportaciones cárnicas e hizo caer un buen número de contratos ya firmados, que se están renegociando. Creemos que el panorama va a seguir siendo muy incierto por un par de semanas, y aun si se recuperan los mercados la caída de los precios de venta de carne al exterior no va a ser inferior al 40 por ciento?, dijo el consultor Ignacio Iriarte en el seminario ''La integración para el desarrollo ganadero'', organizado ayer por la Universidad Católica Argentina (UCA), el Centro de Consignatarios de Productos del País y el Mercado de Liniers SA.
Nuestros clientes principales, Rusia y la Unión Europea, están empachados de carne, así que la situación es muy complicada. Si las cosas siguen así, dentro de tres años el único que va a venir a este seminario va a ser Máximo Kirchner, dijo irónicamente el consultor, lo que provocó carcajadas entre el público. Fue uno de los pocos momentos de distensión en un seminario en el que los asistentes tuvieron pocos motivos de alegría, dado el panorama que trazaron Iriarte; el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, y el resto de los disertantes.
Estamos en un proceso de liquidación de vientres que se acelera, caen la superficie con praderas y la invernada pastoril, caen los stocks bovinos y el mundo está saturado de carne. Antes el tren seguía y nosotros nos bajábamos como mercado. Ahora lo que se paró es el tren: aunque nos queramos subir, ya no podemos?, sintetizó Iriarte.
Pero, a pesar del horizonte sombrío que describió, el consultor encontró razones para ser optimista. Nosotros ya venimos de crisis y ya nos adaptamos a vender en el mercado interno. Los países vecinos no. Uruguay y Brasil están viendo cómo aterrizar el jumbo y nosotros jamás despegamos del hangar, graficó el asesor.
Seguidamente, Iriarte enumeró las circunstancias que pueden ser favorables para el país en el actual contexto: el prestigio de la carne argentina sigue intacto; el proceso de liquidación generará un faltante de carne que obligará a incentivar la retención de vientres, y, por la necesidad de financiamiento, en algún momento el Gobierno se tendrá que sentar a dialogar con la agroindustria. Van a necesitar generar incentivos para producir más y así poder mantener los niveles de recaudación, dijo Iriarte.
Binner le recomendó al Gobierno convocar urgente al diálogo, y al sector agropecuario le pidió evitar nuevas acciones de protesta. Las necesidades del sector siguen postergadas después de la caída de la resolución 125. Hay una dificultad del Gobierno a la hora de convocar al diálogo que debe superarse, que viene de una concepción política que no comparto, dijo el líder socialista.
Hay una visión muy unitaria del país en el Gobierno, dijo Binner, que asistió al seminario con su secretaria de Integración Regional, María del Carmen Alarcón. La Argentina sólo sale de esto con el campo, así que hay que apurarse para ver la forma de darle cada día más valor agregado a la producción primaria, agregó el gobernador de Santa Fe, que además dijo que, en caso de seguir trabada la relación entre el Gobierno y el campo, no sería conveniente que los productores vuelvan a las rutas. Ya pasó la etapa del paro. Ahora viene el momento más difícil, proponer alternativas, dijo.
IMPORTAR CARNE EN 2012
Otro de los disertantes del seminario fue el coordinador general de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), Belisario Alvarez de Toledo, que dijo que por las diferentes medidas de intervención oficial aplicadas en los últimos meses el stock bovino cayó de 55,8 millones de cabezas registradas en 2007 a 54,8 millones de cabezas en 2008.
El crecimiento del consumo y la baja en la producción determinarán que la Argentina deba importar carne a partir de 2012 y nuestro país desaparecerá del mercado de exportación de carnes de calidad, advirtió Alvarez de Toledo, que dijo además que una de las causas para la caída de la producción es que el precio del kilo vivo recibido por los productores está estancado.
Para que la actividad retome una senda de crecimiento se necesitan cuatro elementos: precio, previsibilidad, tecnología y un productor que combine estos factores asegurando el éxito y la sostenibilidad de la empresa, concluyó Alvarez de Toledo.
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