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1. Meteorismo o timpanismo
2. Sobrecarga del rumen por indigestión de carbohidratos
3. Deficiencias de algunos minerales en la dieta
3.1. Deficiencias de cobalto
3.2. Deficiencias de yodo
3.3. Deficiencia de selenio
3.4. Deficiencia de calcio, vitamina A y D y su relación con el fósforo
1. METEORISMO O TIMPANISMO
El meteorismo o timpanismo es un importante trastorno dietético que aparece en rumiantes y se caracteriza por la acumulación excesiva de gas en el rumen y el retículo. Ocurre principalmente en bovinos que se alimentan de leguminosas, aunque también se han reportado casos en ovinos. Su mayor incidencia se da en primavera y en otoño, cuando la producción de estos pastos es más importante. Las más peligrosas en orden de importancia son la alfalfa, el trébol rojo, el trébol blanco y el trébol subterráneo.
Existe también el meteorismo secundario, causado por obstáculos físicos (frutas y/o verduras atracadas en el esófago) que impiden el eructo. El síntoma característico es la distensión abdominal en el flanco izquierdo (animal hinchado), la respiración se torna dificultosa, y el animal está inquieto y muestra una marcha vacilante, hasta que finalmente cae y muere en pocos minutos.
Para controlar la enfermedad se pueden usar bolos u otras sustancias añadidas al agua de bebida o a la ración. El tratamiento consiste en la aplicación de antiespumantes. En casos extremos, se corta el rumen del lado izquierdo para liberar el contenido gaseoso y, si es necesario, se extrae manualmente el material presente.
2. SOBRECARGA DEL RUMEN POR INGESTIÓN DE CARBOHIDRATOS
La sobrecarga del rumen por indigestión de carbohidratos aparece con mayor incidencia con un alto consumo de trigo, cebada y maíz, en animales hambrientos que entran en un campo de maiz, o en un granero y en animales que se alimentan ad libitum.
Se produce como consecuencia de una disminución del pH, lo que da lugar a la proliferación de bacterias como Clostridium perfringens, responsable de la basquilla o Fusobacterium necroforum responsable de la liberación de toxinas.
Si se produce de forma leve, los principales síntomas son la aparición de dolor a las pocas horas (los animales levantan las patas al andar), diarrea (disminuye el movimiento del rumen aunque no desaparece) y los animales no rumian aunque al tercer o cuarto día siguen comiendo sin tratamiento.
Si se produce de forma grave, los principales síntomas son la disminución de la respuesta a estímulos, la dificultad para caminar, anorexia y deseos de beber y las pupilas dilatadas. En este caso hay que considerar el sacrificio.
3. DEFICIENCIAS DE ALGUNOS MINERALES EN LA DIETA
3.1. Deficiencias de cobalto
El cobalto se encuentra de forma natural en pastos sobre todo en primavera, siendo las leguminosas muy ricas en este elemento. La enfermedad por falta de cobalto aparece sobre todo en terneros, aunque también se presenta en corderos y cerdos.
El cobalto es imprescindible para la síntesis de vitamina B12, la cual a su vez es necesaria para que los rumiantes puedan metabolizar el ácido propiónico.
Los síntomas son una disminución en el apetito, los animales adelgazan en zonas donde hay muchos alimentos verdes, infertilidad, diarrea, lagrimeo, disminución del crecimiento y lana quebradiza. Dichos síntomas aparecen a los seis meses, pudiendo ocasionar la muerte al año si no se pone remedio.
En ovejas da lugar a la enfermedad del hígado blanco, que en casos agudos produce fotosensibilización, y en casos crónicos, anemia y adelgazamiento.
3.2. Deficiencias de yodo
Las carencias de yodo producen principalmente:
- Disminución de la producción de leche, de la líbido y del celo.
- Debilidad, alta tasa de aborto en terneros y alargamiento de la gestación en yeguas y ovejas.
- Caída del pelo parcial y rara.
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Aumento del tamaño del tiroides que puede producir síntomas respiratorios.
- En corderos, la glándula es palpable y raramente visible.
- En chotos hay alopecia y bocio.
- En cerdos el cuadro es similar.
3.3. Deficiencia de selenio
Entre otras cosas, la falta de selenio produce depósito de calcio sobre la fibra muscular dando lugar a la enfermedad del músculo blanco, que es la degeneración no inflamatoria de los músculos esqueléticos.
En manifestaciones leves, los animales presentan debilidad, incapacidad para sostenerse sobre las cuatro patas, si se les obliga a estar de pié, tiemblan, se ve dificultad para respirar y tienen fiebre (41 ˚C). En manifestaciones agudas, se ven las escápulas que sobresalen por encima de la columna, si están decúbito lateral, no pueden pasar al decúbito external, secreción nasal sanguinolenta y espumosa mientras el estado visual y de atención es normal e incluso puede aparecer muerte súbita sin síntomas.
Una vez instaurado el proceso, hay que proceder al tratamiento, ya que en caso contrario, corre peligro la vida del animal. Hay que tener cuidado con el selenio, ya que es tóxico a altas dosis y se acumula en los tejidos animales (hígado y riñón), siendo en gran cantidad cancerígeno para el hombre. El tratamiento sería estercolar los pastos y continuar con un buen manejo de estos.
3.4. Deficiencia de calcio, vitamina A y D y su relación con el fósforo
La falta de calcio puede deberse a una falta en la dienta, falta de vitamina D, aumento en la excreción y exceso de fósforo en la dieta. En animales jóvenes produce deformación de las encías y desarrollo inadecuado de los dientes, cojera, siendo las fracturas raras a pesar de la debilidad de los huesos. En adultos, produce tetania asociada al parto y la lactación, caída de la leche, convulsiones, fracturas espontáneas y caídas por la osteoporosis.
En cualquier pradera de leguminosas y gramíneas, el aporte de calcio será normal para satisfacer las necesidades de mantenimiento del animal. El problema puede aparecer cuando al final de la gestación y durante lactancias prolongadas los animales pasan hambre o no tienen acceso a piedras.
En cerdos produce rinitis atrófica del cerdo cuando en la dieta se aporta salvado. También aparecen luxaciones de cadera de cerdas gestantes, tetania, rigidez, y tendencia a padecer fracturas.
La falta de fósforo depende de la riqueza en el suelo del mismo. Es necesario para formar proteínas y mineralizar los huesos y se encuentra en continuo equilibrio con el calcio. Su deficiencia provoca poco desarrollo de los dientes y disminución de peso. En regiones afectadas se pueden ver animales con extremidades largas, tórax estrecho, poca curvatura de las costillas y pelo áspero y sin pigmento. En los casos de sequía o cuando los animales pasan hambre se incrementan los síntomas y aparece la osteofagia.
La falta de vitamina D, se caracteriza por la manifestación de anorexia, perdida de pelo, cojera, curvatura de los huesos largos, rosario raquítico, falta de crecimiento y falta de la absorción intestinal del calcio.
La carencia de vitamina A, disminuye la visión nocturna. En terneros, aumenta el líquido cefalorraquídeo, lo cual da lugar a convulsiones. La vitamina A establece el equilibrio entre la formación y la destrucción de hueso, por lo que su falta produce deformación de los huesos del cráneo, engrosamiento de la piel, pelo áspero y quebradizo y disminuye la capacidad reproductora. En los machos disminuye la líbido y el número de espermatozoides y en las hembras hay concepción, pero después se produce aborto por mala placentación. En los cerdos puede producir ceguera, rigidez en las patas y trastornos de coordinación y síncopes.
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