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Sostenibilidad de los sistemas de producción de leche basados en pastoreo


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Resumen
1. Pasado, presente y futuro del modelo productivo.
2. Importancia de los sistemas de producción sostenibles.
3. Galicia, zona forrajera y región clave para una producción de leche en pastoreo.
4. Nuevos retos: producción eficiente de leche con los recursos de la explotación.
5. Establecimiento de un presupuesto forrajero para ganado vacuno lechero utilizando los recursos propios de la explotación.
6. Conclusiones.

RESUMEN

El manejo de sistemas sostenibles de producción de leche debe basarse en un uso racional de los recursos existentes en la propia explotación sobre todo en aquellas regiones del territorio español en las que resulta factible producir a bajo coste utilizando los pastos como fuente más barata para la alimentación del ganado vacuno lechero al igual que ocurre en otras regiones húmedas del Arco Atlántico como Irlanda y Reino Unido, en donde la base de su sistema de producción se sustenta en una eficiente utilización de los pastos a través del pastoreo de praderas. Los pastos en Galicia representan el 12% de su superficie total y el 44% de su superficie agraria útil y, de ellos, el 37% lo constituyen las praderas. Sin embargo, el uso mayoritario al que se los destina es en forma de ensilado de hierba, con las importantes pérdidas tanto físicas como de calidad que esto supone. El pastoreo, por el contrario, logra una eficiente utilización de la biomasa fresca, consiguiendo altas producciones de leche con un aporte mínimo de concentrado, el cual se encuentra reservado tan solo para momentos críticos de la lactación (pico de lactación).

1. PASADO, PRESENTE Y FUTURO DEL MODELO PRODUCTIVO

Las políticas agrarias desarrolladas en la segunda mitad del siglo XX se basaban en el fomento de una agricultura productivista e intensiva que mal gestionada acarrea el uso irracional de los recursos naturales. Conviene ahora realizar una correcta gestión del territorio, evitando al máximo el deterioro del medio ambiente. Es importante, para ello, mantener el lado bueno de la mejora de las infraestructuras agrarias, de la ganadería y de las innovaciones tecnológicas, pero tenemos que desterrar algunos problemas que se han generado como el aumento en la contaminación de los elementos naturales –suelo, agua y aire–, la pérdida de fertilidad del suelo e, incluso, la disminución de la vegetación y de la fauna y, en definitiva, la pérdida irremediable de biodiversidad.

Las nuevas orientaciones de la Política Agraria Común (PAC) tratan, sin embargo, de corregir los desequilibrios producidos por el modelo anteriormente implantado, desincentivando la producción intensiva de alimentos y apoyando medidas agroambientales más respetuosas con el entorno natural. La agricultura ecológica y los sistemas de producción sostenibles que centran su interés en la calidad de los alimentos producidos, la salud humana, el respeto por el medio ambiente, el bienestar animal y en los valores socioeconómicos ligados al sistema de producción y que atienden a la perspectiva del consumidor deben de estar en el foco de mira también del productor ya que de él depende el que se alcancen los objetivos perseguidos por el nuevo modelo de sistema productivo que nos espera y en el que se tiende a una mayor extensificación de la producción, aprovechando los conocimientos científicos existentes para un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles en especial de los pastos, respetuoso con el medio ambiente y que garantice alimentos seguros y de calidad. El resultado es crear una imagen de marca muy fuerte en el mercado, con alto valor añadido, que repercuta en todos los escalones de la cadena productiva y gracias a la cual sea posible conseguir precios más elevados que con los alimentos convencionales.

2. IMPORTANCIA DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN SOSTENIBLES

La producción ecológica al igual que la integrada consideran al mismo tiempo la agricultura y la ganadería para conseguir productos alimentarios seguros y de calidad, y tratan de ser sostenibles cerrando los ciclos biológicos de nutrientes y de energía, evitando al máximo posibles pérdidas y emisiones atmosféricas, aplicando los conocimientos existentes para un manejo adecuado de los recursos forrajeros presentes dentro de la propia explotación (frescos como el pastoreo o conservados como el heno y el ensilado de hierba o de maíz).

Los pastos, en combinación con la siembra de leguminosas pratenses, juegan un papel muy relevante en los sistemas de producción sostenibles, debido a que el nitrógeno, nutriente importante para los cultivos, puede ser producido en la propia explotación, mejorando y manteniendo la fertilidad del suelo. El pastoreo de la pradera ejerce un efecto beneficioso sobre la producción y calidad (física, química y microbiológica) de la hierba como fuente de nutrientes para el animal y en la reducción de los costes de aplicación de purines.

En las explotaciones ganaderas gallegas se debe realizar una gestión eficiente y un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles para lograr una menor dependencia en la compra de insumos externos (concentrado) y lograr, así, abaratar los costes de producción. Éstos son los pilares básicos a los que es imprescindible incorporarse y sobre los que se sustenta la actividad agraria en las regiones húmedas del Arco Atlántico Europeo.

3. GALICIA, ZONA FORRAJERA Y REGIÓN CLAVE PARA UNA PRODUCCIÓN DE LECHE EN PASTOREO

La producción lechera en Galicia ha aumentado mucho en los últimos años al igual que ha ocurrido en otras muchas regiones de España y de la Unión Europea, gracias al gran incremento experimentado en el rendimiento medio por vaca y a un mayor número de vacas por explotación. Se apoyó en diferentes factores de manejo, tales como: la mejora genética y sanitaria, y en la reproducción de las vacas, pero también debido al incremento en la compra y suministro de alimentos, tanto concentrados como forrajes, que no son producidos dentro de la propia explotación lo que acarrea unos altos costes y que ante una situación eventual de crisis como la que se encuentra a vivir actualmente el sector lácteo en España y, sobre todo, en Galicia pone en tela de juicio el modelo de sistema productivo implantado en una región húmeda como ésta en donde el manejo de los pastos y el pastoreo de las praderas son elementos claves para una producción de leche sostenible a largo plazo y rentable económicamente.

Este modelo de producción intensivo fue seguido por las explotaciones de mayor tamaño en Galicia, y viene sustentado por la favorable relación existente hasta el momento entre el precio de la leche pagado al productor y el precio de compra del concentrado. No obstante, el continuo incremento de los costes de producción hace que una eventual variación de los precios de insumos, como las que se han vivido en los últimos meses con el empleo de los cereales para la producción de biocombustibles y la llegada masiva de leche importada de otros países que invade el mercado español, puede obligar a redefinir el modelo productivo, dado que deja a los ganaderos a merced de un mercado fluctuante y a las expensas de un futuro incierto. Saber aprovechar bien los recursos existentes dentro de la propia explotación es el secreto de los sistemas basados en pastoreo en los que se debe de conjugar la cantidad de hierba con la calidad del pasto en oferta para obtener una producción de leche en cantidad y de calidad, lo cual se consigue adecuando la curva de lactación del animal a la curva de crecimiento del pasto, para satisfacer sus necesidades nutritivas y requerimientos energéticos en cada momento. De forma que, al final resulte posible producir leche a bajo coste y de forma competitiva gestionando de forma apropiada los recursos de los que dispone cada explotación. Con ello, lo que se busca es maximizar la ingestión de hierba de calidad por animal y por unidad de superficie. Se debe de proporcionar un pasto de calidad suficiente para una producción de leche rentable.

Foto 1. El conocimiento de la composición nutritiva del pasto y, con ello, de la calidad de la hierba en oferta y disponible para ser ingerida por el animal es un parámetro que tiene una gran relevancia en estos sistemas sostenibles para la determinación de la respuesta productiva del ganado lechero bajo condiciones de pastoreo.
 

Según datos de una encuesta realizada entre las explotaciones del Programa de Gestión técnico-económica de la Consellería de Política Agroalimentaria y Desarrollo Rural de Galicia del año 2001, sólo un 13% de las explotaciones gallegas utiliza los forrajes en pastoreo, junto con la conservación de los excedentes de primavera en forma de ensilado, en el otro extremo un 30% optó por el denominado "cero pastoreo" o sea, las praderas se utilizan en forma de ensilado. Mientras las que tienen sistemas de pastoreo destinan un 13% de su superficie a maíz forrajero y compran un 33% de los forrajes fuera de la explotación, en el de “cero pastoreo” las superficies cultivadas de maíz forrajero están entorno al 31% y tienen que comprar forrajes fuera el 76,5%.

 

La producción de forrajes en la explotación intensiva acaba reduciéndose al uso de ensilados con dosis altas de fertilizantes en praderas e incrementando las superficies dedicadas a cultivos forrajeros anuales, maíz principalmente, con altos insumos de fertilización, herbicidas y laboreos.

4. NUEVOS RETOS: PRODUCCIÓN EFICIENTE DE LECHE CON LOS RECURSOS DE LA EXPLOTACIÓN

En los resultados del programa de gestión de vacuno de leche en Galicia se viene observando que en 2008 y en anteriores años las mejoras en la rentabilidad y eficiencia de las explotaciones gallegas de rumiantes están basadas en una buena gestión de la superficie propia de la que dispone la explotación de cara a obtener forrajes de calidad. De ahí que, las explotaciones que hacen un mejor uso de sus recursos propios y que, por tanto, tienen una menor dependencia en la compra del exterior son las que alcanzan unos mayores niveles de rentabilidad, a pesar de obtener producciones significativamente más bajas que las que se encuentran más intensificadas.

En esta dirección apuntaría la opinión de diferentes agentes (ganaderos, investigadores y técnicos de extensión) teniendo en cuenta los datos obtenidos a partir de diferentes experiencias realizadas en los últimos años en la Cornisa Cantábrica y recopiladas en un documento publicado por los sindicatos agrarios del País Vasco. En trabajos de investigación desarrollados por la Sección de Producción de Leche del Departamento de Producción Animal en el CIAM se ha visto que es posible lograr producciones de casi 6.000 litros con animales exclusivamente en pastoreo y una suplementación de 600 kg de concentrado (100 g/L) en épocas críticas de la lactación. Cuando además de pastoreo se empleó silo de hierba y 1.500 kg de concentrado, se llegaron a obtener 7.200 litros (210 g/L).

En Marañón (2005) se presentaron datos de varias explotaciones con producciones superiores a 8.000 kg de leche y consumos de 2.500-.3000 kg de concentrado ligeramente por encima de esa cifra (300-375 gramos de concentrado/kg de leche), que en condiciones ideales podrían verse reducidos a 1.500 (190 g/L). Se trataría, por tanto, de situaciones intermedias entre las de los sistemas pastorales de Francia, Inglaterra, Irlanda (150 g/litro), y las de otros sistemas más intensivos en los que el consumo puede llegar a situarse incluso por encima de 600 g/L.

El pastoreo: En este sentido, ofrece nuevas oportunidades para el decadente modelo productivo imperante en aquellas explotaciones gallegas en las que los costes de producción resultan tan elevados que ponen en serio peligro su rentabilidad a largo plazo y las condenarían al cese de su actividad. Además, entraña nuevos retos para la investigación en su búsqueda de maximizar la ingestión de hierba de calidad por animal y por unidad de superficie para una producción de leche económicamente rentable y sostenible a largo plazo. Es necesario contemplar la actividad ganadera como una actividad económicamente dirigida a la producción de alimentos sanos y de calidad, con unos valores implícitos con un gran potencial (social, cultural, educativo, ocio, etc.), y que a la vez que genera una importante riqueza sirve como una herramienta para una correcta gestión del paisaje, del territorio y de la biodiversidad permitiendo la sostenibilidad de los agroecosistemas en los que hombre, animal y planta interactúan.

Foto 2. El ganadero sabe que el pastoreo constituye la fuente más barata de nutrientes para las vacas de leche, especialmente para explotaciones ubicadas en zonas con climatología favorable y SAU disponible.
 

En la actualidad, existe una fuerte tendencia a una marginación del pastoreo debido principalmente a dos factores: 1) los problemas estructurales del territorio en cuanto a la dispersión de las parcelas, y 2) la enorme variabilidad y estacionalidad de la producción junto con la fluctuación en la calidad del pasto. No obstante, conviene tener en cuenta que el pastoreo suplementado puede ser compatible con sistemas de producción de leche en vacas de alta producción debido a que los márgenes sobre costes son comparables a los sistemas de alimentación en confinamiento, incluso para las condiciones gallegas y comparables a los existentes en otras zonas húmedas del Arco Atlántico como Irlanda y Reino Unido.

El reto de la producción en pastoreo consiste en mantener altas producciones por vaca, algo menores que en los sistemas intensivos, pero basadas en un correcto uso de los recursos existentes en la propia explotación y con un importante descenso en los costes de producción. Pero, además, el empleo de los sistemas en pastoreo tiene importantes implicaciones medioambientales por cuanto permite un mejor manejo de los purines, a nivel de bienestar animal (se suele relacionar con mejoras en sanidad, reproducción, etc.), calidad del producto obtenido (mayor presencia de ácidos grasos poliinsaturados) y ofrece una mejor imagen del sector a la sociedad y, por tanto, a los consumidores que conforman el último eslabón de la cadena productiva.

Se abren, por tanto, perspectivas favorables para mejorar los resultados por vaca con dietas basadas en pastoreo, a la vista de la reciente mejora en la comprensión de los diferentes factores que influyen en la ingestión y digestión del pasto, se trata de conseguir un alto nivel de ingestión del pasto por el animal con una utilización máxima del potencial del forraje producido en la propia explotación ganadera y recurriendo a la suplementación tan solo en momentos críticos.

Para ello, es preciso superar con éxito las dificultades observadas en el sector, explotaciones fragmentadas, altas cargas, por lo que es necesaria la apuesta decidida y el consenso de las administraciones y de los distintos agentes involucrados en el sector (ganaderos, sindicatos agrarios, servicios de gestión, técnicos, investigadores, etc.). Para intentar abarcar toda la problemática existente se debe llevar a cabo un debate en profundidad de la situación real, las amenazas y las oportunidades, y la elaboración de un plan de actuación consensuado por todos los integrantes.

La ingestión de nutrientes durante el pastoreo está determinada por diferentes factores: unos asociados a las características intrínsecas de los animales (peso vivo, producción de leche y condición corporal) y otros definidos por el nivel y el tipo de suplementación, la disponibilidad y calidad del pasto. Al mismo tiempo, el tipo de manejo del pastoreo implica un efecto sobre el pasto en oferta debido a que su desarrollo depende de factores tales como el nivel de defoliación, pisoteo del ganado, distribución de las deyecciones y selección del pasto.

Una alta oferta de pasto por vaca y superficie, aumenta la ingestión, pero origina una infrautilización de la biomasa y una consiguiente pérdida de calidad. El uso racional del concentrado es muy útil durante la época de pastoreo y la relación pasto-animal tiene una importancia muy superior a la producción de MS total de la biomasa siendo, posible la producción de forraje de calidad dentro de las propias explotaciones gallegas que cubra la mayor parte de las necesidades nutritivas del rebaño durante una gran parte del año sin recurrir a la suplementación.

Foto 3. El manejo del rebaño en diferentes lotes de producción, no solo para el racionamiento sino también para la gestión del pastoreo, y la técnica de concentración de partos permiten adaptar las necesidades del rebaño a la mayor producción de pasto, debido al establecimiento de grupos con diferentes producciones para una alimentación más selectiva y una mejor utilización del forraje producido en cada momento.
 

Existen además diferentes plataformas de apoyo a la toma de decisiones (DSS) relacionadas con el manejo del pastoreo (por ejemplo, el proyecto GRAZEMORE) que han sido desarrolladas en condiciones gallegas, cuya aplicación, parametrización, validación y puesta a punto podrían abrir nuevas perspectivas de cara al diseño de sistemas más sostenibles de producción de leche, o de evaluación a priori del impacto que determinadas prácticas más intensivas puedan suponer al medio.

5. ESTABLECIMIENTO DE UN PRESUPUESTO FORRAJERO PARA GANADO VACUNO LECHERO UTILIZANDO LOS RECURSOS PROPIOS DE LA EXPLOTACIÓN

La producción de leche es el sector de mayor importancia de la economía agraria gallega. Representa más de la tercera parte del valor añadido neto del sector con dos millones de toneladas anuales y es el principal medio de vida para 14.000 explotaciones gallegas. Para el futuro de la región es necesaria una producción sostenible de leche, sin embargo, el ganadero debe tener muy presente el aspecto de reducción de costes de producción que supone el realizar una eficiente utilización de los recursos existentes en la propia explotación lo que le implica estar preparado para cualquier situación de inestabilidad de precios del mercado y que no le haga sentirse vulnerable.

Es muy importante que el animal aproveche al máximo los nutrientes producidos en la pradera. En Galicia, el crecimiento de la hierba es estacional, con dos máximos, uno del 70-80 % en primavera y otro del 20-30 % en otoño. El exceso de pasto producido en primavera hay que conservarlo para tratar de cubrir las necesidades del ganado en verano e invierno. El ganadero debe conocer la calidad del alimento que ofrece en cada momento del año y conjugarlo con las necesidades del rebaño en cada momento productivo, pico de lactación, vacas secas, ganado de reposición. El éxito de los sistemas sostenibles está en el equilibrio entre lo producido en la explotación y las necesidades de producción. En esto consiste la elaboración de un presupuesto forrajero.

Es muy importante que el animal aproveche al máximo los nutrientes producidos en la pradera. En Galicia, el crecimiento de la hierba es estacional, con dos máximos, uno del 70-80 % en primavera y otro del 20-30 % en otoño. El exceso de pasto producido en primavera hay que conservarlo para tratar de cubrir las necesidades del ganado en verano e invierno. El ganadero debe conocer la calidad del alimento que ofrece en cada momento del año y conjugarlo con las necesidades del rebaño en cada momento productivo, pico de lactación, vacas secas, ganado de reposición. El éxito de los sistemas sostenibles está en el equilibrio entre lo producido en la explotación y las necesidades de producción. En esto consiste la elaboración de un presupuesto forrajero.

La fecha para un segundo corte de silo viene determinada por la del primero (aproximadamente, a unos 40 días del primer corte) y no debe retrasarse de mediados de junio ya que las producciones de MS, MOD, EM, EN o PB, disminuyen con el tiempo. Algunos ganaderos para mejorar la digestibilidad llegan incluso a realizar tres cortes en lugar de dos durante la primavera, pero esto depende de la sequía de verano en la zona que hace variar la relación entre la frecuencia de corte, la digestibilidad y la eficiencia de utilización.

Las condiciones de conservación están presentes en todos los productores de leche. Realizar el presecado de la hierba es una herramienta tan potente como el uso de aditivos en la mejora de la calidad de conservación de los ensilados. El picado del forraje tiene un pronunciado efecto en la ingestión del ensilado, siendo favorecido por un picado corto, de forma directa a través de la disminución del tamaño de la partícula e indirecta, por la mejora en la conservación del forraje ensilado.

Estos conocimientos que están en la mente de cualquier ganadero para controlar el ensilado, deberían de estar también para un aprovechamiento eficiente de los pastos de forma que se utilizasen para conocer el aporte de nutrientes que realiza la hierba fresca en pastoreo. Se trata de obtener altos tasas de ingestión por vaca para mantener altos niveles productivos, equiparables al ganado estabulado con una alta ración de concentrado, propio de los sistemas intensivos. En la tabla 1 se muestra la evolución de la calidad del pasto en Galicia.

Tabla 1. Variaciones en la calidad del pasto en Galicia en función de la época del año en pastoreo.

Etapa
I-vegetativa-hojas
II-reproductiva-tallos
II-reproductiva-espigado
II-otoño-vegetativa
Fecha
Abril
Mayo
Junio
Septiembre
MS (%)
17,5
17,9
16,7
13
PB (%)
19,6
15
12
27
FAD (%)
23,1
26,1
26,3
31
Azúcares (%)
20,1
22,2
17,8
5,7

El objetivo de los sistemas en pastoreo es obtener la máxima producción por animal y el máximo de energía neta (EN), energía para los procesos productivos, con una eficiente utilización del pasto o del ensilado y la máxima cantidad de materia orgánica digestible (MOD) o de energía metabolizable (EM). En momentos críticos de la lactación, déficit energético del pico de producción, no es suficiente la cantidad de forraje fresco. En este momento, se precisa suplementación con alimento concentrado y resulta adecuado su empleo para mantener la producción.

La tasa de sustitución: Cuando suplementamos con concentrado u otro forraje, debemos tener en cuenta la llamada tasa de sustitución, definida como la cantidad de pasto que dejan de comer las vacas, cuando reciben el suplemento. Esto tiene como consecuencia que la vaca no varía la producción a pesar de tomar concentrado. Teniendo en cuenta que el objetivo de la suplementación es aumentar la ingestión y, con ello, la producción tanto en sistemas en pastoreo como con ensilado, es necesario conocer el alcance de este fenómeno. La suplementación no actúa siempre igual ya que depende de las condiciones del forraje y de la cantidad y del tipo de suplemento. En los sistemas que pueden producir pasto abundante en la explotación, suele existir poca o nula respuesta a la suplementación, debido a una tasa de sustitución alta. El animal come el concentrado que necesita sustituyendo al forraje, sustituimos un elemento comprado por un nutriente producido en la explotación.

Cuando la cantidad de hierba disminuye lo hace también la tasa de sustitución, aumentando la ingestión total y mejorando las producciones animales, rentabilizándose el uso de concentrado. Con vacuno de leche se obtuvieron tasas de sustitución de 0,50 kg MS pasto/kg MS concentrado, para disponibilidades de pasto altas y de 0,10 para disponibilidades bajas (esto supone que se usó para la producción el 50 y 90% del concentrado, respectivamente). Es posible que la bajada del pH del rumen, que sigue a la ingestión de cereales, altere la población microbiana haciendo que disminuya la tasa de digestión de celulosa y reduzca la tasa de paso de la ingesta, lo que provocaría la disminución de la ingestión del pasto, que sería tanto mayor cuanto mayor fuera el consumo de cereales.

Mogensen y Kristensen (1999) no encontraron efecto del suplemento de proteína en rebaños ecológicos de vacas lecheras alimentadas con una dieta rica en gramínea y trébol. Si el animal toma pasto de buena calidad y abundante, capaz de aportar los nutrientes necesarios para su producción, el efecto del concentrado es pequeño o nulo, medido como respuesta en leche. La vaca ingiere concentrado en sustitución del forraje, esta tasa de sustitución (TS) es una función lineal del balance energético (TS = 0.32+0.071 BE) de la vaca, BE en UFL/día, este balance es el que nos debe marcar el ritmo de aporte de concentrado para condiciones gallegas.

El ganadero debe buscar siempre la posibilidad del pastoreo como correcto aprovechamiento de la pradera, unido al manejo de la suplementación que coloque la explotación en niveles competitivos. Pastar es conseguir que el animal ingiera hojas (limbos), mejor que tallos (vainas) y éstos mejor que espigas en las gramíneas. Hemos de proporcionar al animal una pradera foliosa y el tiempo necesario en la parcela para favorecer una alta ingestión. La suplementación se reduce a épocas críticas de la lactación, déficit energético post-parto, y picos de producción.

La figura 1 muestra un modelo de presupuesto forrajero aplicable a las condiciones de Galicia con el cual se pueden producir 7.200 litros por vaca suministrando tan solo 1.500 kg de concentrado con una carga de 1,9 vacas/ha. Los ingredientes anuales, además del concentrado, serían: silo de pradera 1.500 kg/vaca y silo millo 1.000 kg/vaca, pero sobre todo, pasto, 3.600 kg/vaca de materia seca en oferta para lograr una ingestión de 2.800 kg/vaca. La mayor proporción la ha de cubrir el pasto fresco que debe de formar una parte primordial de la ración, que aparte de ser el mejor alimento, tanto en cantidad como en calidad, cuesta unas 5 veces menos producirlo que la compra de concentrado y 3 veces menos que el empleo de ensilado y que, además, se puede producir dentro de la explotación.

Figura 1. Presupuesto forrajero para ganado vacuno lechero en pastoreo aplicable a explotaciones de Galicia.
 

6. CONCLUSIONES

Se constata la necesidad de desarrollar sistemas sostenibles de producción de leche aplicables a zonas húmedas como Galicia y que resulten económicamente rentables y competitivos a largo plazo, conservando la fertilidad del suelo y respetando el medio ambiente, y con los que se consigan alimentos de calidad. Para ello, resulta clave una adecuada gestión de los recursos existentes en la propia explotación elaborando un apropiado presupuesto forrajero para cada época del año y con el que se cubran los requerimientos energéticos del rebaño productivo en cada momento teniendo en cuenta todos los recursos de los que dispone la explotación para producir leche a bajo coste.

 



Autor/es

A. I. Roca Fernández, A. González Rodríguez.
Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo. INGACAL. Xunta de Galicia.


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