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1. Introducción.
2. Ciclo estral en las vacas.
2.1. Celo en el ganado bovino.
2.1.1. Detección del celo en el ganado.
2.1.2. Comportamiento diario del celo en el ganado bovino.
2.1.3. Factores que influyen en la manifestación del celo.
3. Ciclo productivo del ganado bovino.
1. INTRODUCCIÓN
Es recomendable realizar la detección del celo y que el animal posea el peso adecuado, para que se efectúe la monta directa o la inseminación artificial en las vaquillas. Se debe anotar en la tarjeta individual la fecha de servicio y el número del semental empleado. El peso adecuado para que una vaquilla pueda quedar gestante, será del 55% de su peso vivo como adulto. En el caso de vacas de la raza Holstein, el peso adecuado debe ser de aproximadamente 340 kg. Lo recomendable es realizar la inseminación artificial o la monta natural a los 13 o 15 meses de edad, para que paran de los 22 a los 24 meses de vida.
Es recomendable que los sementales, bien sea en la monta natural o mediante inseminación artificial, den crías de un tamaño pequeño que permitan una buena facilidad al parto.
Se debe observar si en la vaquilla existe repetición del celo en los días siguientes al servicio. Existen técnicas como la palpación rectal, que permite descubrir si la hembra está o no en estado. Además, hay que observar si hay signos de posibles abortos en las vacas. Es recomendable, que dos meses antes del parto, se lleve a la vaquilla a la zona de partos. Las zonas destinadas al parto, deben estar lo suficientemente higiénicas y se debe observar si las vacas presentan alguna dificultad en el parto y si necesitan por tanto, ayuda de algún profesional.
2. CICLO ESTRAL EN LAS VACAS
Las vacas son hembras poliéstricas estacionales, es decir, presentan su ciclo estral durante todo el año, manifestando un periodo de celo cada 21 días. En este caso, los machos montaran a las hembras durante el tiempo que el celo esté presente, que será por un periodo de 6 a 30 horas aproximadamente. La gestación de las vacas dura 9 meses de forma aproximada. Una vaca debe producir una cría por año, aunque esto depende de factores internos como la propia genética del animal y de factores externos como la nutrición, el manejo sanitario y el manejo reproductivo.
El aparato reproductor de la vaca está formado por dos ovarios, dos oviductos, el útero, el cérvix, la vagina y la vulva.
Se dice que un animal se encuentra en su madurez fisiológica o pubertad cuando se encuentra fisiológicamente preparado para la producción de gametos y está en capacidad de reproducirse. La madurez zootécnica es alcanzada por los animales cuando logran el peso y la edad propicios según las razas, y no debe llevarse a cabo la reproducción en ellos hasta que no se haya alcanzado esta madurez. Sin embargo, muchos animales pueden llegar a alcanzar la pubertad sin poseer la condición ideal para que etapas como la monta, gestación, parto o la lactancia se puedan realizar con éxito.
2.1. Celo en el ganado bovino
El celo es el periodo de aceptación de la vaca para que se lleve a cabo el apareamiento, o también llamado periodo de receptividad sexual. El celo se presenta en novillas y vacas no preñadas.
En las vacas el celo presenta cuatro fases o periodos, siendo la parte más fértil la que comprende la segunda mitad del celo. A continuación, se describen cada una de las fases:
- Proestro; esta etapa presenta una duración de 3 o 4 días, donde se inicia la regresión del cuerpo lúteo y comienza la secreción de una sustancia denominada limo.
- Estro o celo; durante esta etapa abunda las secreciones del limo. La hembra se deja montar por el macho y se muestran los signos característicos del celo.
- Metaestro; esta etapa se caracteriza por iniciarse la formación del cuerpo lúteo. La hembra rechaza al macho, disminuyendo la secreción de limo.
- Diestro; en esta última etapa el cuerpo lúteo se desarrolla completamente y el útero se prepara para recibir el embrión. En el caso de que la vaca no presente preñez, el ciclo se vuelve a repetir y a iniciar de nuevo.
Este periodo de receptividad dura entre 6 y 30 horas y suele ocurrir cada 21 días como valor medio, aunque el intervalo entre dos celos puede variar entre los 18 y 24 días.
Para que se pueda maximizar la vida productiva de las vacas, éstas deben ser cubiertas entre los 80-90 días después del parto. De esta manera, se podrá producir un nuevo ternero cada 12,5 a 12,8 meses. Si los intervalos entre partos son más largos, se producirá un efecto negativo en la vida productiva de la vaca.
La detección del celo es fundamental para llevar a cabo un buen manejo reproductivo en la explotación lechera. En estos casos, el responsable de la explotación puede decidir entre la utilización de inseminación artificial o monta natural.
Es conveniente, llevar a cabo el registro de aquellas vacas que se encuentren en celo y fechas de cubriciones, para poder controlar celos futuros y fechas de parto y así mejorar el manejo de las explotaciones.
2.1.1. Detección del celo en el ganado
La detección del celo, requiere una observación visual de determinados comportamientos que presentan las vacas durante este periodo.
El comportamiento que presentan la mayoría de las vacas puede ir cambiando desde el comienzo al final de este periodo.
Aunque existen numerosos rasgos y comportamientos que se pueden detectar en las hembras en celo, el mejor indicador es observar cuando las vacas permanecen inmóviles y se dejan montar por sus compañeras o por un toro.
Los signos principales que identifican cuando una vaca está en celo, se describen a continuación:
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Permanecer inmóvil cuando es montada.
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Balidos semejantes a los de un toro.
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Nerviosismo general.
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Corridas hacia adelante como si fuesen a atacar.
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Posición de cabeza a cabeza con otras vacas y empujones o golpes contra los costados de otras vacas.
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Olfateo de la vulva o de la orina de otros animales.
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Vulva rosada e inflamada con desprendimiento de un moco claro.
Existen una serie de signos secundarios, que se manifiestan en determinadas circunstancias, como son:
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Disminución del apetito y producción de leche.
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Apariencia de animales sucios con estiércol en los flancos.
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Raspaduras y posibles pérdidas de pelos en la base de la cola.
2.1.2. Comportamiento diario del celo en el ganado bovino
La mayor actividad del celo se produce durante las últimas horas de la tarde, a lo largo de la noche y en las primeras horas de la mañana. De esta manera, se ha observado que más del 70% de la actividad de monta tiene lugar entre las 7 horas de la noche y las 7 horas de la mañana. Para detectar el celo, las vacas deben ser observadas en las primeras horas de la mañana y a últimas horas de la tarde o en intervalos de cuatro a cinco horas durante el día.
2.1.3. Factores que influyen en la manifestación del celo
Existen numerosos factores que pueden facilitar o perjudicar la detección de los celos en el ganado.
Uno de los posibles factores importantes es el tipo de instalaciones y alojamientos de las vacas, bien sea establos, pastos, etc. que permitirán al ganadero realizar en mayor o menor medida la detección del celo.
Hay que tener en cuenta que en grupos grandes, puede existir más de una vaca en celo al mismo tiempo y por lo tanto, la actividad de monta también aumenta de forma importante.
Ciertas condiciones climáticas como las altas temperaturas, humedad, viento, lluvia, nieve, confinamiento excesivo, etc., puede hacer que las vacas manifiesten problemas para caminar (caídas, dolores en las pezuñas, etc) y reducir por tanto, la expresión del celo.
El celo en las vacas puede que no se llegue a detectar por algunas de las siguientes razones:
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La vaca se encuentre preñada.
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Después del parto, puede que el ciclo estral de la vaca no esté del todo reestablecido y por lo tanto, se esté produciendo un celo mudo sin síntomas externos.
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La vaca se encuentre en anoestro, a consecuencia de una mala nutrición, posibles infecciones del aparato reproductivo, complicaciones tras el parto, etc.
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Presencia de un ovario quístico en la vaca.
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Fallos por parte del productor o ganadero a la hora de detectar la presencia de celo en las vacas.
3. CICLO PRODUCTIVO DEL GANADO BOVINO
El ciclo productivo de una vaca, comprende todas las fases y sucesos por las que pasan las vacas, entre un parto y el parto siguiente. Este ciclo productivo, se divide en cuatro periodos bien diferenciados; período vacío, gestación, lactancia y período seco.
El período de lactancia y el período vacío se inician inmediatamente después del parto, mientras que el período de gestación se inicia a partir de la concepción, momento en el que finaliza el período vacío. Según las condiciones de manejo y de alimentación que se de en las vacas, el periodo de vacío varía entre 45-90 días y la duración de la lactancia entre 244-305 días.
El período seco de las vacas se inicia con el final de la lactancia y se extiende hasta el final de la gestación cuando ocurre el siguiente parto. El ceso del ordeño o el destete del ternero, marcan el comienzo del periodo seco, produciéndose la reabsorción de la leche no secretada y una pérdida rápida de células epiteliales secretoras de la glándula mamaria. Este periodo es una fase de reposo entre lactancias, con bajos requerimientos nutricionales para los animales. Es importante para el posterior comportamiento productivo y reproductivo de las vacas en la siguiente lactancia.
El periodo seco de las vacas entre lactancias sucesivas, puede ser de 60 días para que se asegure una producción óptima de leche. Este periodo de descanso entre lactancias, es fundamental para conseguir una producción máxima de leche en la lactancia siguiente y favorecer la recuperación de las reservas corporales de la vaca para soportar la próxima lactancia. Durante este periodo, se produce el reemplazo de las células epiteliales de las glándulas mamarias que hayan podido ser dañadas o muertas, antes de que se produzca la siguiente lactancia.
Sin embargo, diversos estudios estiman que un periodo de descanso entre 30 y 60 días, puede ser suficiente para permitir que las vacas con un adecuado manejo, buena alimentación y buena condición corporal, lleguen a producir buenas cantidades de leche. De esta manera, si se omite totalmente el periodo seco o lo que es lo mismo, se hace una lactancia continuada, puede disminuir la producción de leche entre un 20-40 %, mientras que periodos superiores a 60 días, pueden producir solo un pequeño incremento en la producción.
El secado de las vacas debe realizarse en vacas en lactancia, servidas y diagnosticadas gestantes, cuando alcanzan un periodo de 7 meses de gestación, lo que quiere decir que el periodo seco promedio será de 2-2.5 meses. Este secado debe ser un proceso repentino, siguiendo las siguientes fases:
1. Ordeñar las vacas a fondo para eliminar la mayor cantidad de leche residual.
2. Limpiar el orificio de cada pezón con compresas estériles húmedas con alcohol e introducir en cada pezón una solución antimastítica para vacas secas, realizando un masaje ascendente con los dedos índice y pulgar para intentar incorporar la solución hasta la cisterna de la glándula.
3. Se debe someter a las vacas a un estrés hídrico y alimenticio, dejándolas sin agua durante 24 horas, lo que reducirá la síntesis láctea y sin ningún tipo de alimento durante 24 -48 horas para reducir los precursores de la síntesis láctea.
4. Las vacas deben ser observadas para comprobar la involución de la mama y que no se de ningún tipo de infección en ella.
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