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1. ¿Por qué cambiar la época de parición?
2. Costo de producir un ternero.
3. Eficiencia energética de la cría.
4. Un estudio hecho en Balcarce.
5. Distribución de los requerimientos a lo largo del año.
6. Mantenimiento de la vaca, el gran costo de la cría.
7. Eficiencia energética.
8. Consideraciones finales.
Existen antecedentes, surgidos tanto de la investigación como de la experiencia práctica de asesores y productores, que indican que en nuestra región la parición otoñal en vaquillonas es muy conveniente en ciertos casos. Sin embargo, poco se ha analizado sobre esta estrategia aplicada al rodeo de vacas de segunda parición o más.
1. ¿POR QUÉ CAMBIAR LA ÉPOCA DE PARICIÓN?
La parición de las vacas, por lo general, se estaciona hacia fines de invierno para que la
lactancia coincida con el rebrote primaveral de las pasturas. Este manejo facilita el ajuste
entre los requerimientos del rodeo y la producción de forraje de las pasturas, pero tiene la
restricción de que la oferta de terneros es estacional, generalmente en otoño que es cuando
se desteta.
Si bien, con frecuencia, los productores recurren a otra época de entore para no mantener
vacas improductivas en el campo, existen varios argumentos como para considerar la
conveniencia de modificar la época de entore en determinadas situaciones.
Entre otros se pueden mencionar los siguientes:
- Posibilidad de mejorar el precio del ternero al comercializarlo en otro momento del
año de menor oferta.
- Cubrir la demanda de sistemas de engorde intensivo que requieren animales en
diferentes épocas.
- Ajustar los requerimientos del rodeo a otros perfiles de oferta de alimento,
diferentes a los de las pasturas.
Esto último es cada vez más común en los nuevos sistemas de producción que integran
ganadería con agricultura, donde la utilización de rastrojos, con o sin mejora, es una
práctica habitual. En otras palabras, la disponibilidad de alimento a lo largo del año puede
resultar diferente que cuando la pastura es el único recurso disponible, lo cual aumenta la
factibilidad de utilizar otras épocas de entore.
En la zona pampeana, estacionar el servicio para que las vacas paran en otoño, y los
terneros se desteten en primavera, es una práctica posible de realizar sin afectar el
comportamiento reproductiva del rodeo, como lo muestran los datos del Cuadro 1.
Obsérvese que tanto a nivel de la Unidad Demostrativa Reserva 6 (INTA Balcarce), como en
campos de productores, no hay diferencias en las tasas de preñez o de destete, o en la
mortandad de terneros al nacimiento, comparando el manejo tradicional con parición
invernal versus la parición en otoño.
2. COSTO DE PRODUCIR UN TERNERO.
Un ternero destetado es el producto de una actividad que requiere tiempo y alimento. Se
considera que el tiempo que demanda el proceso de gestación más la lactancia es de un
año, considerando ciclos sucesivos en un rodeo estabilizado, donde hay cierta superposición
entre un ciclo y otro. Durante ese año (ciclo de destete a destete) se necesita alimento para
cubrir varios costos: el de mantenimiento de la vaca, los de gestación y lactancia, el de
recuperación de peso si la vaca ha movilizado reservas (cosa que generalmente ocurre), y lo
requerido por el ternero para su mantenimiento y crecimiento y que no es cubierto por la
leche materna.
Al modificarse el manejo del rodeo, por ejemplo la época de parición, cambian los momentos
del año en que se manifiestan los costos señalados. Los requerimientos a cubrir se dan en épocas diferentes, donde la producción de las pasturas y la calidad del forraje son distintas.
Además, el clima puede incidir de manera diferencial sobre los requerimientos del par vaca
+ ternero. Todos estos factores pueden marcar diferencias en los cambios de peso de la
vaca a lo largo del año, en el peso del ternero al destete o en la longitud de la lactancia. En
este punto cabe entonces plantearse si la eficiencia energética de la cría vacuna se afecta al
modificarse la época de parición y, por consecuencia, la de destete, o dicho en otras
palabras: ¿afecta la época de parición el costo de producir un ternero?
3. EFICIENCIA ENERGÉTICA DE LA CRÍA.
Conocer cuánta energía
cuesta producir un
kilogramo de ternero
destetado es parte de lo
que se necesita saber para
la toma de decisiones. Está
claro que hablar de
energía es hablar de
alimento; es decir, de
pasto que es la principal
fuente energética de las
vacas. Es posible, a través
de ecuaciones, estimar la
cantidad de energía que
demanda todo el proceso
que conduce a obtener y
destetar un ternero. Esa
energía se expresa como energía metabolizable (EM) y se mide en términos de megacalorías
(Mcal).
La eficiencia energética es una medida que estima la demanda de EM por unidad de
producto obtenido. Como en la cría vacuna el producto es el ternero destetado, este
indicador se puede expresar como:
Mcal EM/kg de ternero destetado
A partir de este índice se puede calcular la energía que requirió el proceso y la demanda de
alimento (ver el ejemplo del recuadro).
Ejemplo
Supongamos que el índice de eficiencia energética fuese de
45 Mcal EM/kg ternero destetado.
Para conocer cuánta energía se necesita para destetar un ternero de 160 kg, la
cuenta será:
45 Mcal EM * 160 kg = 7200 Mcal EM
Esta cantidad de energía es la que se requiere durante un año para cubrir los costos
de mantenimiento, gestación, lactancia y recuperación de reservas de la vaca, y lo
que demanda el ternero para su mantenimiento y crecimiento y que no es cubierto
por la leche.
Para convertir la energía en demanda de alimento (por ejemplo rollo de pastura de
55% de digestibilidad y 2 Mcal EM/kg MS), se hace la siguiente cuenta:
7200 Mcal EM ÷ 2 Mcal EM/kg MS = 3600 kg MS de pasto.
4. UN ESTUDIO HECHO EN BALCARCE.
Para saber si la época de parición incide sobre la eficiencia energética de la cría se
analizaron registros históricos de dos rodeos base Hereford localizados en la Reserva 7 de
INTA Balcarce, uno con parición en otoño (marzo-abril) y el otro en invierno (agostoseptiembre),
alimentados con pasturas a base de agropiro y festuca. Se tomaron datos de
vacas adultas que gestaron y destetaron terneros durante dos años consecutivos.
Los sistemas analizados difieren en la duración de la lactancia, en la tasa de ganancia y en el
peso del ternero al destete (Figura 1). En el caso del rodeo de parición invernal, la época de
destete coincide con el comienzo del otoño por lo que la estrategia general es anticipar el
destete, y vender los terneros, con el objeto de preservar las pasturas y las reservas
corporales de las vacas para enfrentar el invierno. En cambio, en rodeos con parición otoñal
el destete es en primavera (mediados de noviembre), por lo que conservar los terneros en el
campo permite aprovechar mejor los pastos más abundantes y nutritivos.
Para construir el índice de eficiencia energética de cada rodeo se calcularon diariamente los
requerimientos energéticos del par vaca-ternero utilizando el sistema norteamericano del
NRC, versión 2000. Esto se hizo durante dos años consecutivos con 36 animales y como
insumo se utilizaron los pesos de las vacas, y los pesos, el sexo y las fechas de nacimiento y
destete de los terneros. En el Cuadro el Cuadro 2 se detallan las variables y los factores de
ajuste considerados para los cálculos. Los datos climáticos, costo del pastoreo y de calidad
de la pastura (agropiro-festuca) a lo largo del año fueron obtenidos en INTA Balcarce.
Finalmente, la eficiencia energética se calculó sumando los requerimientos totales de la vaca
en el año y los del ternero no cubiertos por la leche. La cifra resultante se dividió por el peso
del ternero al destete para obtener la relación Mcal EM/kg de ternero destetado.
5. DISTRIBUCIÓN DE LOS REQUERIMIENTOS A LO LARGO DEL AÑO.
El cambio en la época de parición incide notablemente en la distribución de los
requerimientos energéticos a lo largo del año como lo muestra la Figura 2. En ambos rodeos
el máximo requerimiento diario de energía es similar y se produce en la lactancia (25 Mcal
EM/día). Los animales que paren en invierno durante primavera-verano tienen localizados
las 2/3 partes de los requerimientos anuales, ya que al costo de la lactancia se le añade el
de recuperación de reservas. Las vacas que paren en otoño tienen una distribución de
requerimientos más pareja a lo largo del año, con una mayor demanda en otoño-invierno.
Estos animales sostienen el costo de la lactancia durante el otoño e invierno movilizando
reservas corporales, las cuales son recuperadas durante la primavera. Considerando también
el alimento del ternero (extra-leche), la demanda anual de alimento al sistema del par vacaternero,
tiene la distribución que se muestra en el Cuadro 3.
6. MANTENIMIENTO DE LA VACA, EL GRAN COSTO DE LA CRÍA.
Del total de energía (alimento) que requiere el par vaca + ternero, sólo el 3,6% (parición de
invierno) o el 8,5% (parición de otoño) es lo que consume el ternero extra-leche. Es decir
que más del 90% de la demanda anual de alimento es para cubrir los requerimientos de la
vaca. La proporción relativa de estos requerimientos no es afectada por la época de parición,
y su distribución se muestra en la Figura 3. Como se observa, el costo de mantenimiento
supone casi el 70% de la demanda de alimento de la vaca. De esto se desprende que,
independientemente de la época de parición, en la medida que en un rodeo haya animales
de mayor costo de mantenimiento la eficiencia de la cría será menor, puesto que habrá una
mayor demanda de alimento sólo para mantener a la vaca.
7. EFICIENCIA ENERGÉTICA.
Como se muestra en el Cuadro 4, el rodeo de parición otoñal fue más eficiente que el de
parición invernal porque demandó 12% menos de energía (menos alimento) por unidad de
producto -ternero destetado-. Esa mayor eficiencia se explica porque al destete el ternero de
otoño fue 40% más pesado que el nacido en invierno (ver Figura 1). El mayor crecimiento
del ternero nacido en otoño se debe a que es posible, con esa época de parición, alargar la
lactancia. Además, el ternero puede hacer un mejor uso del crecimiento primaveral de las
pasturas, que es de máxima calidad, ya que para ese entonces tiene aproximadamente 5-6
meses de edad. Una lactancia más larga y un mayor consumo de pastura por parte del
ternero supone, en definitiva, una mayor demanda de alimento. Sin embargo, como el
producto obtenido -ternero destetado- también es mayor, la eficiencia de la cría mejora.
8. CONSIDERACIONES FINALES.
El estudio realizado muestra que en los sistemas donde la vaca pare en otoño, se requiere
menos alimento por kilogramo de ternero destetado. Es decir que, desde este punto de vista
son más eficientes que los sistemas tradicionales con parición en invierno. Como esa mayor
eficiencia está explicada por el mayor peso al destete del ternero nacido en otoño, puede
inferirse que se podría mejorar también la eficiencia energética de la cría con parición
invernal aumentando el peso al destete. En este punto es importante tener en cuenta dos
aspectos: 1) que si tal mejora se produce a través de una prolongación de la lactancia,
aumenta el riesgo del sistema, dado que se avecina el invierno, con lo que ello implica. 2)
que ese riesgo depende de la carga animal, uno de los principales elementos que puede
operar un productor, la cual tiene una fuerte interacción con otras decisiones que se pueden
tomar, como lo son la época de entore o la de destete, según lo indican estudios hechos en
Balcarce.
Por último, cabe considerar que el manejo de un rodeo de cría depende de cómo se
distribuye la disponibilidad de alimento a lo largo del año, de las necesidades del mercado en
cuanto a la época de provisión de terneros, o de los objetivos de la empresa. Por ejemplo,
trabajar con una carga animal conservadora o con una más arriesgada para intentar ganar
más. El análisis de la posibilidad de mejorar la eficiencia del uso del alimento es algo que se
debería realizar después que están resueltas otras cuestiones básicas, como por ejemplo las
sanitarias o las reproductivas.
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