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Preguntas y respuestas sobre la influencia aviar


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1. ¿Qué es la influencia aviar?
2. ¿A qué especies afecta?
3. ¿Se trata de un virus muy resistente?
4. ¿Qué sintomatología muestran las aves afectadas?
5. ¿Qué métodos diagnósticos se utilizan?
6. ¿Comó pueden infectarse las personas con el virus de la influencia aviar?
7. Si es cierto que se trara de una enfermedad de las aves, ¿Por qué se preocupa tanto la gente?
8. ¿Es posible que una cepa de influencia aviar de baja patogenicidad se transforme en otra de alta patogenicidad?
9. ¿Cómo se contangian las aves?
10. ¿Cómo se propaga la enfermedad de un país a otro?
11. ¿Es diferente la transmisión que la propagación?
12. ¿Se ha producido el contagio de la enfermedad de las aves al hombre?
13. ¿Se ha producido el contagio entre humanos?
14. ¿Existe riesgo de contagio a partir de los alimentos derivados de las aves?
15. ¿Cuáles serían los grupos de personas en los que el riesgo de infección sería mayor?
16. ¿Qué deben hacer los particulares, los profesionales, los cazadores, etc., ante una sospecha de la enfermedad?
17. ¿Cómo se sacrificarían las aves, en caso de ser necesario, para evitar la difusión de la enfermedad?
18. ¿Por qué se repiten con tanta frecuencia los problemas de sanidad animal y salud humana?

 

1. ¿QUÉ ES LA INFLUENCIA AVIAR?

La influenza aviar es una enfermedad de las aves, producida por virus ARN pertenecientes a la familia de los Orthomyxoviridae, al grupo conocido como "influenza tipo A", muy similar a los virus que ocasionan la gripe común en humanos, y a otros que afectan a otras especies animales. Existe gripe aviar del mismo modo que existe gripe humana, y del mismo modo que ocurre con la gripe humana, algunas formas son peores que otras.

Estos virus se clasifican según dos tipos de proteinas que presentan en su superficie para los que se emplean "H" y "N" (por los antígenos de superficie "hemaglutinina" y "neuroaminidasa"). Se conocen 16 tipos de hemaglutinina (H1-H-16) y 9 tipos de neuraminidasa (N1-N9). Basado en esto, pueden encontrarse 144 virus diferentes. Así, el virus que causó una gran pandemia humana en 1918, era del tipo H1N2; y el que en los últimos años se ha extendido a partir del sudeste asiático, es del tipo H5N1.

La mayor parte de estos virus no provocan enfermedad o ésta es leve, y se conocen con el nombre de "virus de baja patogenicidad". Los virus que son capaces de producir enfermedad y elevada mortalidad, se conocen como "virus de alta patogenicidad".

Los virus influenza tienen dos características que hay que considerar al luchar contra ellos: por un lado, tienen gran capacidad de mutación (de modificar parte de su dotación genética), por lo que varían rápidamente, y es por esto que las vacunas deben "actualizarse" con frecuencia (a partir de los virus que han circulado con anterioridad, con la esperanza de que resulten útiles para los virus que circulen en los meses siguientes). Por otra parte, tienen también capacidad de recombinarse, es decir, de intercambiar entre sí fragmentos de RNA.

El H5N1 es un virus aviar de alta patogenicidad, que desde el año 2003 se ha difundido por gran parte del mundo a partir de su lugar de origen en el sudeste asiático. Sólo de forma esporádica es capaz de infectar al ser humano (se han registrado poco más de 320 casos en todo el mundo desde su inicio en 2003, habiendo resultado fatales menos de 200), siempre en condiciones de estrecho contacto directo con aves infectadas; y no se ha constatado ningún caso de transmisión entre personas.

2. ¿A QUÉ ESPECIES AFECTA?

A priori, todas las especies aviares son susceptibles de padecer la enfermedad, incluyendo tanto las aves de corral como las silvestres; dentro de las aves, se ha aislado principalmente de gallinas y pavos; los gansos y patos parecen ser más resistentes a enfermar y por tanto pudieran tener importancia en la transmisión.

En general, los virus de influenza aviar no pueden ser transmitidos al ser humano, pero la variante H5N1 que desde el año 2003 se ha difundido por gran parte del mundo, puede afectar al hombre de forma esporádica, habiéndose contabilizado hasta septiembre de 2008 un total de 385 casos, 343 de ellos mortales, siempre producidos en condiciones especiales de estrecho contacto con las aves infectadas, y por ahora no ha sido posible constatar ni un solo caso de contagio entre personas. Numéricamente hablando, se trata de unas cifras muy reducidas si se comparan con otras causas de enfermedad o muerte en el hombre, pero a pesar de ello, la epidemia ha tenido una gran repercusión mediática.

3. ¿SE TRATA DE UN VIRUS MUY RESISTENTE?

No. Se inactiva con la mayoría de los desinfectantes habituales, es bastante sensible a la temperatura (inactivación por 56ºC durante 3 horas; o bien por 60ºC durante 30 minutos), a la radiación solar, a la desecación o al pH ácido (zumo de limón, vinagre). Sin embargo, si se encuentra en fluidos o tejidos corporales, heces, o simplemente en ambiente húmedo, puede ser viable durante mucho tiempo.

4. ¿QUÉ SINTOMATOLOGÍA PRESENTAN LAS AVES AFECTADAS?

El periodo de incubación es de 3 a 5 días. Los síntomas clínicos varían en intensidad dependiendo de la cepa de que se trate (alta o baja patogenicidad), y de la sensibilidad de la especie afectada (por ejemplo galliformes son en general más sensibles que anseriformes). Incluyen depresión severa, inapetencia, disminución acusada en la producción de huevos, edema facial (crestas y barbillas cianóticas y tumefactas), hemorragias petequiales en las mucosas, signos respiratorios, diarrea, incoordinación y muerte súbita, pudiendo alcanzar la mortalidad hasta un 100% de los animales afectados. En casos sobreagudos puede no apreciarse apenas sintomatología.

Si se realiza un estudio postmortem, las lesiones no tienen apenas valor diagnóstico, pues son inespecíficas: corresponderán a una enfermedad aguda generalizada, con afección primordial respiratoria y digestiva y congestión generalizada. En los casos de curso sobreagudo, las lesiones pueden ser aún menos específicas.

5. ¿QUÉ MÉTODOS DE DIAGNÓSTICO SE UTILIZAN?

A partir de muestras sanguíneas, pueden realizarse pruebas sencillas para la detección de anticuerpos. Estas pruebas no tienen valor diagnóstico, ya que únicamente indican que el animal ha tenido contacto con el virus y su organismo ha reaccionado frente al agente.

Para disponer de un diagnóstico definitivo es necesario el aislamiento e identificación del virus a partir de cultivo en embrión de pollo.

Hoy día, sin embargo, el uso rutinario de técnicas moleculares (especialmente la r-PCR o reacción en cadena de la polimerasa inversa), ha supuesto un notable avance en la capacidad de diagnóstico precoz. Mediante éstas técnicas, puede detectarse con bastante fiabilidad la presencia del virus en cantidades mínimas a partir de exudados traqueales o de heces, en pocas horas, desde luego con varios días de antelación a disponer del diagnóstico definitivo por aislamiento.

Para detalles concretos sobre técnicas de diagnóstico oficiales en la Unión Europea, puede consultarse el Manual de diagnóstico de la enfermedad, aprobado mediante la Decisión CE/437/2006.

6. ¿CÓMO PUEDEN IDENTIFICARSE LAS PERSONAS CON ESTE VIRUS?

Este tipo de virus se transmite sobre todo por vía respiratoria, al ser inhaladas las partículas víricas. Los animales portadores excretan virus por heces y secreciones respiratorias, oculares, etc. El virus de la influenza aviar altamente patógena H5N1 no suele afectar al ser humano. De hecho, hasta que se detectó el primer caso de H5N1, todos los virus de gripe humana conocidos eran de los tipos H1 ó H3. Se han registrado poco más de 380 casos de infección por virus H5N1 en personas en todo el mundo desde su inicio en 2003 (mientras que en el mismo tiempo se han visto afectados 250 millones de aves), lo que da una idea de lo baja que es la capacidad del virus para infectar al hombre. Estos casos siempre han tenido lugar en especiales situaciones de estrecho contacto con las aves infectadas o sus cadáveres, falta de higiene, etc., asociadas con frecuencia a las costumbres y formas de producción tradicionales en países del sudeste asiático y del continente africano.

7. SI ES CIERTO QUE SE TRATA DE UNA ENFERMEDAD DE LAS AVES, ¿POR QUÉ SE PREOCUPA TANTO LA GENTE?

Efectivamente, se trata principalmente de una amenaza para la sanidad animal de nuestras aves domésticas, que podría acarrear importantes pérdidas económicas en el sector. Sin embargo, se han extremado las medidas preventivas y de detección precoz, como si se tratase de una zoonosis (enfermedad transmisible al hombre). El motivo es que, gracias a los avances científicos disponibles en la actualidad, se sabe que se trata de un virus muy similar al virus que en el año 1918 provocó una pandemia de gripe humana de grandes dimensiones; dada la capacidad de variación del virus, se teme pudiera aparecer alguna cepa que, conservando la actual patogenicidad, tuviera capacidad para infectar al ser humano.

Ya que hoy en día disponemos de esos conocimientos, es lógico actuar de forma preventiva, y tratar de dificultar en la medida de lo posible que esta modificación del virus tenga lugar (fundamentalmente evitando la infección por virus de gripe humanos en los mismos organismos infectados por gripe aviar, etc); y sobre todo, mantener los sistemas de alerta en funcionamiento, de forma que, en caso de aparición de ese nuevo virus, pueda detectarse con prontitud y evitar su difusión.

8. ¿ES POSIBLE QUE UNA CEPA DE INFLUENCIA AVIAR DE BAJA PATOGENICIDAD SE TRANSFORME EN OTRA DE ALTA PATOGENICIDAD?

Debido a la capacidad del virus de variar (bien sea por mutación o por recombinación), alguna cepa de baja patogenicidad podría transformarse en otra de alta patogenicidad. Aunque las probabilidades de que esto ocurra son bajas, es por ello que los trabajos de vigilancia y lucha en los países de la Unión Europea incluyen no sólo las cepas de alta patogenicidad, sino también las de baja de los subtipos H5 y H7.

9. ¿CÓMO SE CONTAGIAN LAS AVES?

La enfermedad se transmite principalmente por contacto entre aves sanas y enfermas, aunque también puede propagarse por contacto con materiales, equipo, o alimentos o agua contaminados. En los animales enfermos, el virus se elimina por las secreciones de las narinas, boca, ojos, y heces. Una vez introducido el virus dentro de una explotación, al ser excretado por las heces y secreciones respiratorias, la transmisión y difusión del mismo se produce fundamentalmente del siguiente modo:

     - Contacto directo con secreciones de aves infectadas, especialmente heces.
     - Alimentos, agua, equipo y ropa contaminados.
     - Vía aerógena.

10. ¿CÓMO SE PROPAGA LA ENFERMEDAD DE UN PAÍS AL OTRO?

No se sabe con seguridad cómo se introdujo inicialmente el virus en las aves de corral, pero la propagación en los gallineros casi siempre procede del traslado de aves infectadas o de personas y equipos contaminados. El virus puede estar presente en la superficie de los huevos (rara vez en el interior), por lo que el transporte de huevos puede ser también un medio de transmisión.

La enfermedad puede dispersarse de un país a otro a través del tráfico internacional de aves vivas. También las aves migratorias, incluyendo aves acuáticas y marinas podrían transportar el virus a largas distancias, aunque en la actualidad su posible papel no está claro.

11. ¿ES DIFERENTE LA TRANSMISIÓN QUE LA PROPAGACIÓN?

Si. La "transmisión" es el paso de un animal a otro, y tiene lugar por contacto con heces, exudados, etc, de aves enfermas. La "propagación" se refiere a la amplia difusión, y tiene lugar sobre todo por los desplazamientos de aves de corral, sus productos, personas y vehículos.

12. ¿SE HA PRODUCIDO EL CONTAGIO DE LA ENFERMEDAD DE LAS AVES AL HOMBRE?

En la mayoría de los casos el virus de la influenza aviar no infecta a las personas, pero como ya se ha dicho la variante H5N1 tiene capacidad de infectar a las personas.

Las posibilidades de infección en personas, sin embargo, son muy bajas, suele requerir un contacto muy estrecho entre las aves infectadas y las personas. Así, según datos de la Organización Mundial de la Salud, desde el inicio del brote en 2003 se han registrado un total de 385 casos humanos, 343 de los cuales fueron mortales. Todos los casos se han producido en condiciones de estrecho contacto directo con aves infectadas; y no se ha constatado ningún caso de transmisión entre personas, ni de contagio por alimentos.

En el caso del sudeste asiático y en África, la transmisión ave-hombre se ha visto favorecida por sus particulares sistemas de producción y comercio avícola, muy primitivos y con frecuencia carentes de medidas higiénicas básicas.

La enfermedad inducida en el hombre suele ser de carácter grave, pero la elevada tasa de mortalidad (343 de 385) se encuentra también sin duda influida por los sistemas sanitarios y hospitalarios deficientes existentes en países poco desarrollados, que propician que la atención clínica de los casos detectados sea insuficiente y/o tardía.

13. ¿SE HA PRODUCIDO EL CONTAGIO ENTRE HUMANOS?

No hay evidencia hasta la fecha de transmisión entre humanos del virus H5N1, a pesar de que éste constituye uno de los principales motivos de preocupación y por consiguiente de vigilancia en todo el mundo.

El actual virus H5N1 aviar, es capaz de producir una enfermedad grave en el hombre, aunque dispone de muy poca capacidad para infectarlo. Si este virus se viera modificado, de forma que mantuviera la patogenicidad del virus H5N1, pero a la vez lograra la misma capacidad de infección y de difusión entre personas que tienen los virus de gripe humana, podría implicar el riesgo de una pandemia. Es por ello que esta posibilidad se vigila de forma tan exhaustiva.

14. ¿EXISTE RIESGO DE CONTAGIO A PARTIR DE LOS ALIMENTOS DERIVADOS DE LAS AVES?

El riesgo de contagio por alimentos en los países de la UE resulta insignificante, y por el momento no se ha constatado ningún caso. Efectivamente, la higiene de la cadena alimentaria garantiza que nunca existe contacto de los alimentos con los restos de animales, pues se adoptan de forma rigurosa las medidas higiénicas pertinentes y se controla la trazabilidad de los alimentos desde la granja de producción al consumidor.

A su vez, la práctica totalidad de los alimentos aviares se consumen tras tratamiento térmico, que inactivaría el agente en el caso remoto de que hubiera eludido los controles de la cadena alimentaria. A esto hay que añadir que la infección en el hombre debe tener lugar por inhalación y no por ingestión, mas difícil aún teniendo en cuenta el pH ácido de su estómago, que también inactivaría el agente. Y, por último, hay que recordar la escasa capacidad de infección del ser humano que, hoy por hoy, tiene el virus.

Por tanto, no hay motivos de preocupación que aconsejen modificar nuestros hábitos de consumo.

15. ¿CUÁLES SERÍAN LOS GRUPOS DE PERSONAS EN LOS QUE EL RIESGO DE INFECCIÓN SERÍA MAYOR?

En caso de aparición de la enfermedad en las aves, los grupos de riesgo incluirían a las personas que tengan contacto frecuente con las aves infectadas o con el material infectivo. Esto incluye al personal que presta sus servicios en las granjas, servicios veterinarios y demás personas involucradas en el control de la enfermedad.

El riesgo de personas que tengan contacto con aves silvestres, como cazadores o miembros de organizaciones conservacionistas, se considera en este momento muy bajo.

Como medida de prevención, la higiene personal básica es efectiva para evitar posibles contagios de aves infectadas.

16. ¿QUÉ DEBEN HACER LOS PARTICULARES, LOS PROFESIONALES, LOS CAZADORES, ETC., ANTE UNA SOSPECHA DE LA ENFERMEDAD?

Aunque es difícil el diagnóstico clínico de la enfermedad, nuestra legislación obliga a comunicar a los servicios veterinarios oficiales cualquier sospecha de la enfermedad, principalmente, las altas mortalidades en concentraciones de aves.

El análisis por parte de los laboratorios pecuarios oficiales de la mayor parte de los cadáveres de aves silvestres hallados (vigilancia pasiva), es uno de los métodos que nos permiten disponer de un sistema de detección precoz en caso de problemas, y que hasta el momento han demostrado su utilidad y eficacia en la Unión Europea.

17. ¿CÓMO SE SACRIFICARÍAN LAS AVES, EN CASO DE SER NECESARIO, PARE EVITAR LA DIFUSIÓN DE LA ENFERMEDAD?

Una de las medidas frecuentemente adoptadas en el control de la enfermedad, es el sacrificio obligatorio de las aves enfermas y que han estado en contacto con aves enfermas, y destrucción higiénicamente correcta de los restos.

Durante la evolución de la actual epidemia de gripe aviar, no todos los países han cumplido los requisitos humanitarios mínimos en el sacrificio masivo de aves. Se trata en general de países con gran retraso en su desarrollo económico y sobre todo social, que dificulta la instauración de estas medidas. En este sentido la Oficina Internacional de Epizootias ha manifestado su preocupación por el tema, y ha recalcado la necesidad del cumplimiento de las medidas humanitarias en cualquier situación, opinión que por supuesto nosotros compartimos.

El ordenamiento jurídico español (principalmente mediante la Ley 8/2003 de Sanidad Animal, y el RD 54/95 sobre protección de los animales en el momento del sacrificio), garantiza el cumplimiento de requisitos humanitarios mínimos en el sacrificio, equivalentes a los recomendados por organizaciones internacionales. El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino cuenta con un área de trabajo dedicada expresamente a los temas de bienestar animal, y todos los trabajos preparatorios que se han realizado, de cara a afrontar la eventual necesidad de acometer sacrificios masivos de aves, han contemplado siempre el uso de métodos humanitarios, adaptados a las diferentes especies y situaciones, mas allá de los meros requisitos legales.

18. ¿POR QUÉ SE REPITEN CON TANTA FRECUENCIA LOS PROBLEMAS DE SANIDAD ANIMAL Y SALUD HUMANA?

La respuesta a esta pregunta resulta compleja, y con altas probabilidades de inexactitud y error.

Por una parte, no hay duda de que los sistemas de producción animal han evolucionado profundamente en las últimas décadas, principalmente hacia una progresiva intensificación, logrando un gran incremento en la cantidad de producción. Esto propicia la transmisión de enfermedades de unos animales a otros, por lo que debe acompañarse de unas medidas preventivas más estrictas. Sin embargo, hay que decir que no todos los países han incrementado de forma paralela las medidas higiénicas y de control, lo que a nivel mundial propicia lo que podríamos llamar "inestabilidad sanitaria".

A esto hay que añadir el extraordinario incremento que han sufrido los transportes de personas, animales y mercancías. El transporte internacional proporciona a hongos, bacterias, virus o parásitos, unas oportunidades de viaje a los lugares más recónditos del planeta, que hace unos años resultaban impensables.

Es posible, también, como apuntan algunos, que el cambio climático pueda estar ya favoreciendo la aparición y diseminación de diversas enfermedades, especialmente aquellas transmitidas por vectores artrópodos y aquellas de tipo entérico y ligadas al agua.

En un mundo cada vez más globalizado, resultan progresivamente más evidentes los vínculos entre la sanidad de la fauna silvestre, la sanidad ganadera, y la salud pública. Más del 60% de las enfermedades infecciosas conocidas son comunes al hombre y a los animales. Así, el origen del SIDA humano se sitúa en el continente africano, en la primera mitad del siglo XX, por consumo de carne de simios, y posteriormente el virus se transmitió de persona a persona. También el virus de Ébola se ha relacionado con el consumo de carne de primate.

La neumonía atípica o síndrome agudo respiratorio severo (SARS) se diagnosticó por primera vez en la República Popular de China en el año 2002. A partir de alguna persona que se hospedó en un hotel de Hong- Kong, se difundió por todo el mundo, de forma que en julio del 2003 la Organización Mundial de la Salud contabilizó más de 8.000 casos. Siempre se asoció al comercio de animales salvajes, aunque no fue posible demostrar qué especie o especies eran responsables (se habló de la civeta, pero no llegó a demostrarse).

No es posible cuantificar de forma exacta el comercio ganadero y agrícola legal e ilegal, no digamos ya el de animales y plantas a nivel mundial, pero desde luego las cifras que se barajan son siempre escalofriantes. Sólo en el sureste asiático se estima que cada año se comercializan decenas de millones de animales salvajes para su uso alimentario o medicina tradicional. Esto implica que millones de cazadores, intermediarios, consumidores, animales domésticos, animales salvajes...consumen o tienen algún tipo de contacto con ellos. Tras la aparición de la neumonía atípica, China cerró los mercados de animales vivos, y confiscó en tan solo 10 días cerca de un millón de ejemplares, muchos de ellos procedentes de otras partes del mundo. El movimiento inadvertido de agentes infecciosos implica riesgos sanitarios imprevisibles. Sin embargo, al mismo tiempo que estos cambios ocurrían, países como el nuestro han multiplicado de forma exponencial los esfuerzos dedicados al control exhaustivo de la cadena alimentaria, entendida en sentido amplio (desde la producción hasta el consumidor). Puede parecer que hoy día existen numerosos riesgos, o tal vez sólo se trata de riesgos reflejados con mayor intensidad en medios de comunicación. Lo que sí es cierto es que existen muchos más mecanismos eficaces de control, y que nuestros consumidores deben conocer que la protección de su salud y su confianza, es prioritaria.



Autor/es

Minsiterio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.


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