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1. Introducción.
2. Una reducida oferta de lana a nivel mundial.
3. Cambios favorables en la demanda.
4. Los cambios demográficos.
5. Cambios cualitativos en el consumidor.
6. Revitalización de la promoción de la lana.
7. Los precios de las fibras competidoras.
8. Consideraciones finales.
1. INTRODUCCIÓN.
En forma mucho mas tardía que otros commodities agropecuarios, la lana ha tenido un marcado incremento de precios, a partir de comienzos del presente año (más de 80% en el Indicador de Mercados del Este, entre enero y mayo de 2011).
No obstante ello, mucha gente se cuestiona, aún, si ésta es meramente una suba temporaria o, por el contrario, la indicación de que el futuro para la lana se muestra más promisorio que en el pasado. En este caso, ¿cuáles son las circunstancias
que explican ello o que permiten tener una visión más optimista? La importancia de este tema para la ganadería
uruguaya (vacunos y ovinos) radica en
que la evolución del stock ovino en el país
ha dependido y depende fundamentalmente
de dos factores: el precio de la lana y el
precio de la carne vacuna, su principal
competidor.
El movilizador del rubro (“driver”) no ha
sido, ni es, la carne ovina por sí sola, por
diferentes consideraciones que escapan
al alcance de esta nota, pero que serán encaradas
en forma específica en un trabajo aparte.
Los principales aspectos que permiten
pensar en un futuro para la lana con una
visión optimista se describen a continuación.
2. UNA REDUCIDA OFERTA DE LANA A NIVEL MUNDIAL.
La producción mundial de lana disminuyó 40% en los últimos 20 años. Esa caída
ocurrió en prácticamente todos los países
productores, como consecuencia de reducciones
en la población ovina, incluso en aquellos
donde la producción de carne ovna es el objetivo central de la explotación (Nueva
Zelanda, Reino Unido).
Las razones que explican ello son parte
de una “racionalidad económica” de los
productores, que incluyen el bajo precio de
la lana, la fuerte competencia de otros rubros
alternativos, la pérdida de confianza en el
futuro de la lana, complicaciones productivas,
etc.
En consecuencia, la oferta (producción +
stocks) de lana hoy y en el futuro de corto
y mediano plazo continuará siendo reducida,
en torno a 1.200 millones de kg base
limpia.
El Gráfico 1 muestra la evolución de la producción mundial de lana y de los stocks
desde 1980 hasta la fecha.
La existencia del esquema de Precio
Reserva que operó en Australia en la década
de los 80 –y que constituyó, en mi
opinión, el mayor error que se cometió en
la historia de la lana– dejó huellas muy negativas,
desde varios puntos de vista.
Siendo un precio artificial sumamente
alto, fuera de la realidad del mercado, por
un lado alentó a los productores australianos
a aumentar la producción en forma
exagerada y por otro generó unos stocks
exorbitantes de lana sucia australiana.
En la zafra 1991/2, los stocks acumulados
en Australia alcanzaron a 96% de la
producción de este país y a 45% de la
producción mundial. Para cualquier commodity,
un stock de tal magnitud epresenta
un freno fortísimo a cualquier factible
aumento de precios.
Al mercado le llevó mas de 10 años digerir
la lana en stock, en lo que se consideró
la década nefasta de la fibra, hasta que en
2001/2 se comercializó el último fardo del
stock, dando lugar, de esta forma, a una
operativa de mercado más abierta y más
racional.
En definitiva, la escasa oferta de lana en
el corto y el mediano plazo, y la ausencia
de stocks a lo largo de toda la cadena textil,
deben verse como un aspecto a favor de un
futuro más optimista.
3. CAMBIOS FAVORABLES EN LA DEMANDA.
El consumo total de fibras en el mundo alcanzó en 2010 a 72,5 millones de toneladas, lo cual equivale a un consumo promedio
a nivel mundial de 10,5 kg/cabeza/año.
En los países desarrollados, sin embargo, el consumo de fibras llega a 25 kg/cabeza/año.
La lana, que en 1990 representaba 4,5% del total, hoy significa solamente 1,5%, y
probablemente en el futuro sea aún menor.
Esto no es más que la realidad y no debe
tomarse en sí mismo como algo negativo y tremendista, sino más bien como la confirmación
de que el rol de la lana en el futuro
será el de una fibra “Premium” de alta
calidad y valor, para un nicho de mercado
de alto poder adquisitivo.
Si esta premisa no se cumple, no es posible
que llegue al productor un precio adecuado –que justifique su producción– y, en consecuencia,
la producción seguirá descendiendo.
Esto debería servir como indicador para
el sector productivo e industrial en el sentido
de dónde poner énfasis en materia de
lanas.
Los usos de las fibras textiles se dividen
en tres grandes grupos (ver Gráfica 2):
1) Para vestimentas.
2) Para textiles de interior (alfombras, tapizados, cortinas, ropa de cama).
3) Para usos industriales (filtros, aislamientos, etc.).
El uso de fibras textiles para vestimenta es el más importante (53%), seguido de los textiles para interiores (29%), siendo el uso
industrial el de menor importancia.
Los factores que afectan el consumo de textiles incluyen, en primer lugar, la situación
económica en los principales países
consumidores: el crecimiento en el Producto
Bruto Interno (PBI), así como la propensión
al consumo.
En general, se maneja que con crecimientos económicos de 2 a 2,5% se generan
aumentos en el consumo de fibras, en
general estimados entre 1,8 y 2,1%. Con tasas
de crecimiento del PBI menores a 1% se
produce una reducción en el consumo de
fibras (CIRFS –sigla de la European Man-
Made Fibres Association–, 2011).
Las predicciones de crecimiento económico
promedio para los ocho principales
países consumidores (China, Estados Unidos,
Japón, Reino Unido, Alemania, Italia, Corea
del Sur y Francia), ponderado por el consumo
de cada país individual, superan 3,5-4%
para el presente año y el 2012, liderado por
China (Poimena Analysis, 2011). Esto asegura,
de cara al futuro, un marco económico
general favorable al consumo de fibras y de
lana en particular.
4. LOS CAMBIOS DEMOGRÁFICOS.
El segundo aspecto de singular importancia en el consumo de fibras es el volumen de
población potencialmente consumidora.
La población mundial va a seguir teniendo
una tasa de crecimiento importante
durante los próximos 10 años. El incremento
estimado va a ser menor en los países desarrollados:
se pasará de 1.237 millones –en 2010– a 1.265 millones –en 2020–. En cambio, en el mismo período, la población
de los países menos desarrollados va a
aumentar de 5.671 a 6.406 millones.
Asumiendo que el actual consumo de
fibras por cabeza (10,5 kg) no va a descender
en ese mismo período, el consumo total
mundial de fibras se incrementaría de los
actuales niveles –72,5 millones de toneladas
anuales– a 80,1 millones.
Sin embargo, se supone que va a existir
un crecimiento en la proporción de la clase
media con mayor poder adquisitivo en los
países en desarrollo, lo cual puede levar el
consumo anual total de fibras a una cifra
aproximada a los 90 millones de toneladas
en 2020.
La proporción de la lana respecto a este
total podrá verse reducida aún más, pero lo
cierto es que, si el volumen de producción
de lana aumenta, no existirían problemas
de mercado, debido implemente a este
aumento demográfico.
5. CAMBIOS CUALITATIVOS EN EL CONSUMIDOR.
Con el correr del tiempo –y, a esta altura, como un cambio estructural–, el consumidor
de vestimentas ha marcado sus preferencias
por prendas y telas más suaves, más
livianas, que se puedan usar sobre la piel,
que no piquen, que sean fáciles de cuidar
(lavar), de estilo más informal y que se
puedan utilizar en más de una estación.
Esto no va a tener marcha atrás. Nos está
dando una señal muy clara en el sentido de que seguirá existiendo avidez por lanas finas y muy finas (<23 micras) para cubrir esta
demanda de productos finales.
Para evitar el problema de encogimiento
de las prendas al ser lavadas (una de las
principales críticas a la lana), existen desde
hace ya tiempo procedimientos industriales
que modifican la superficie de las fibras,
permiten de esta forma evitar su migración
al ser lavadas con agua caliente y llevan al
grifado de prendas (fundamentalmente sweaters)
con el sello Easy Care (fácil cuidado),
dándole al consumidor la garantía y el respaldo
necesario en tal sentido.
A su vez, en los últimos años, hemos
venido asistiendo a cambios en el comportamiento
de los consumidores, que tienen (y
van a tener aún más) una fuerte repercusión
en sus hábitos de consumo. El consumidor
actual es mucho más consciente de
los problemas del calentamiento global, de
la defensa del medio ambiente, de los
problemas de polución, de la defensa del
cuidado de los animales, de la responsabilidad
social, etc.
Los consumidores se han visto inundados
en los últimos años por la presencia de
numerosas y variadas marcas de fábrica, de
mayor o menor prestigio, que han sido fuertemente
utilizadas en la propaganda, como
forma de aumentar el consumo.
No obstante ello, se registra un incremento
creciente en las ventas de productos con“grifas” que tienen significados más específicos,
que tratan de reflejar las características
del producto que son de interés para,
por lo menos, una cierta proporción de los
consumidores, liderados por algunos países
europeos y Estados Unidos.
Es así que han surgido las siguientes
grifas: Producto Orgánico, Eco (Eco Flower
y Oekotex) y, más recientemente, Blue Sign
y European Outdoor Group. Este último, por
ejemplo, categoriza a las prendas por un índice
Eco, teniendo en cuenta, a su vez, todo
el proceso de producción.
Frente a estos requerimientos de los
consumidores actuales, la lana se presenta
con innegables ventajas frente a sus competidores,
tanto en vestimentas como en
productos para uso interior. La lana es un
producto natural: renovable, sostenible,
biodegradable, con bajo impacto en la
producción de carbono y eficiente en el uso
de energía.
A su vez, los productos de lana son
seguros: resistentes al fuego, protegen
contra los rayos ultravioletas, reducen la electricidad estática y son resistentes a las altas temperaturas.
Por último, la lana es más sana: “respira” mejor, tiene mejor control de la humedad,
es poco alergénica, absorbe químicos
tóxicos y reduce los ruidos.
6. REVITALIZACIÓN DE LA PROMOCIÓN DE LA LANA.
La crisis de la lana durante la década de los 90 afectó, como era previsible, a las organizaciones
que tenían entre sus roles la
promoción de la lana. En consecuencia,
dichas actividades se redujeron notablemente,
a tal punto que la lana perdió “visibilidad”
frente al consumidor, lo cual produjo
un efecto negativo en la demanda.
En particular, las diferentes organizaciones
involucradas en la promoción de la lana
recortaron sus presupuestos y se vieron sujetas
a múltiples reestructuras. Afortunadamente,
el panorama actual es diferente y
estamos asistiendo a un proceso de revitalización
de las actividades de promoción.
La Australian Wool Innovation (AWI), que
recibe de los productores australianos el
impuesto voluntario del 2% del total de sus
ventas de lana, decidió invertir 50% de su
presupuesto en la promoción y el marketing
de la lana Merino (sin identificar país
de origen) a través de la Woolmark y sus
submarcas asociadas:
• Pure Merino Wool (<22,5 micras).
• Merino Extrafine (<19,75 micras).
• Cool Wool (telas más livianas de 220 gm/m2).
• Merino Cool (telas más livianas de 165 gm/m2).
• Wool + Lycra.
• Merino Ultrafine (<17,75 micras).
A su vez, y en forma exclusiva para el mercado chino, por sus características particulares,
está en ejecución un programa especial
denominado Woolmark Gold.
China representa hoy 30% del mercado
mundial de bienes de lujo y se estima que
en 2015 habrá cerca de cuatro millones de
hogares ricos, superando a Japón y ubicándose
en segundo lugar, luego de Estados
Unidos.Para el consumo de vestimentas de alto
valor esto significa un mercado potencial
enorme, que crece entre 15 y 20% por año,
pero que carece de sofisticación, y tiende a
afiliarse a marcas de prestigio, por lo que
precisa de educación y promoción.
Por otra parte, la Federación Lanera
Internacional, el British Wool Marketing Board y Wools of New Zealand también se han involucrado directamente en lo que se
ha denominado “La Campaña por la Lana”,
lanzada en el Reino Unido con gran suceso
y con el apoyo directo del Príncipe Carlos,
inicialmente para alfombras y textiles de interiores,
que también se ha de continuar en
otros países.
Las ventajas del uso de la lana en textiles de interiores (fundamentalmente en
alfombras y tapicería) son promocionadas
directamente a nivel de arquitectos y empresas
constructoras. El uso de alfombras y tapicería
se ha vuelto obligatorio en algunas líneas
de aviación y de transporte ferroviario
comercial, así como en autos de lujo.
7. LOS PRECIOS DE LAS FIBRAS COMPETIDORAS.
La lana debe competir en el mercado con el algodón y diversas fibras sintéticas. Las
relaciones normales de precios indican que
la lana vale de tres a cuatro veces más que
sus competidoras. Por encima de estas relaciones
de precios, comienza en general a
haber una sustitución de lana por otras fibras,
para abaratar el producto final.
Sin embargo, en los últimos tiempos, se
ha producido un incremento enorme en los
precios de las fibras derivadas del petróleo,
así como en el precio del algodón, cuya
producción está fuertemente subsidiada, en
general. Por ejemplo en China, el principal
productor, existe un subsidio de 24 U$S
cents/kg; en EEUU, de 31 cents/kg; y, en
Turquía, de 68 cents/kg.
Las relaciones de precios de cara al futuro
son difíciles de prever, pero existen indicaciones
de que serán favorables a la lana,
incluso con precios elevados de la misma.
8. CONSIDERACIONES FINALES.
En un intento por estimar cómo se visualiza el futuro de la lana, se han esbozado
diferentes factores que hacen pensar que será
promisorio.
La escasa oferta, a la que se suman un
cambio cualitativo en la demanda, el crecimiento
demográfico, una mejor situación
económica general en los principales países
consumidores (liderada por China) y una
reactivación muy visible de la promoción de
la fibra lana, constituyen la base de esta
visión optimista.
Como todo pronóstico, está sujeto a sucesos
imprevisibles que alteren algunos de los
aspectos mencionados. Pero –incluso con
estos riesgos– la visión del futuro de la lana
como fibra textil es optimista.
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